Diablo: Hola, Simplicio, ¿cómo sigues de tus males?
Simplicio: No me quejo.
Diablo: ¡Vaya!, Pues serás el único en este país que no se anda quejando.
Simplicio: Como dijo aquel...¿de qué sirve quejarse, si nadie te hace caso?
Diablo: Ya sabes que yo siempre estoy atento.
Simplicio : Sí, pero nada más para manipular a la gente, fomentando su resentimiento para tentarlos a vengarse.
Diablo: No tengo que hacer eso, porque como descubrió Freud, el odio es el primer sentimiento natural del ser humano.
Simplicio: ¡Vaya contigo! Cree el león que todos son de su condición...
Diablo: Pues yo no creé a Caín...
Simplicio: Debes haberlo mal aconsejado, como a su mamá Eva.
Diablo: No hay pruebas de eso, en el Génesis se dice que a Yavé le desagradó la ofrenda que le hizo Caín y prefirió la de Abel y por eso Caín se enojó y mató a su hermano menor. El Antiguo Testamento no me echa la culpa a mí.
Simplicio: De todos modos, Juan te llamas, Diablo.
Diablo: Tú y tus dichos, Simplicio, contigo no se puede argumentar nada.
Simplicio: Es que tú tuerces todo, hasta la Sagrada Biblia.
Diablo: Pero si estoy citando literalmente del Libro del Génesis.
Simplicio: Podrás tragar fuego y escupir llamas, pero Juan del Diablo te llamas.
Diablo: Simplicio, Simplicio, contigo ya no se puede hablar ni de política, ni de religión.
Simplicio: !Estoy harto de las dos! Y más como ahora y aquí en Mexico en que las mezclan para todo.
Diablo: Sí, tanto trabajo que me había costado lograr el México laico, con separación de Iglesias y Estado, para nada.
Simplicio: Si Juárez viviera/
Diablo: No votaría por ya sabes quién...
Simplicio: Calla, demonio, ¿no sabes que está prohibido llamar a votar en esta temporada de intercampañas?
Diablo: Tarugadas del INE, Simplicio, ¿en qué país se ha visto que el órgano encargado de las elecciones prohíba llamar al voto?
Simplicio: Sólo en mi Mexico lindo y querido, ¿qué han hecho de ti?
Diablo: Tienen la democracia que querían y se merecen.
Simplicio: !No! Este revoltijo de partidos no puede ser lo que anhelamos.
Diablo: Pues ni hagas tus pucheritos, Simplicio, que no hay de otra sopa. Escoge tu colación, digo, tu coalición, ahora que estamos en cuaresma y toca ayuno electoral.
Simplicio: Este enredo de puchero electoral ni a sopa llega, pero ya la pagarán el día de las elecciones.
Diablo: Bien dicho, Simplicio: Los pueblos tienen las coaliciones de gobierno que se merecen.
Simplicio: Hágase tu voluntad.
Diablo: Sabes, Simplicio, la Voluntad de Venganza es el Motor de la Historia...
Simplicio: Esa es pura mala voluntad.
Diablo: Eso, mi querido Simplicio, es el Poder.
(Febrero-2018)