Escuchamos todos los días el problema de los desafíos virales por internet y lo que implican para jóvenes. Incluso, llegan hasta la muerte. No pensar en la gravedad de estos y querer ser populares entre compañeros, les lleva a osadías que, de sobrevivir, dejan cicatrices para toda la vida.
Internet, más allá de lo que representa (es la vida cotidiana para la mayoría), más allá de los juegos virales, se ha convertido en una amenaza real. Se roban información, perfiles, cuentas bancarias. Lo peor, uno mismo les da la entrada a los hackers a través de los “jueguitos” a los que se termina pagando para poder avanzar.
Comencemos por algunos juegos que han pasado de ser simple entretenimiento, para convertirse en una gran amenaza porque rebasan límites de toda lógica y sensatez. Trampas retorcidas, son estos desafíos y muchos caen en ellas a costa de su propia vida.
La Ballena Azul: un pozo de desesperación. Ha dejado graves cicatrices sociales. Alienta a los jugadores a realizar actos autodestructivos e induciendo al suicidio. Momo: verdaderamente terrorífico, y similar a La Ballena Azul, pone pruebas, que a menudo llevan a la autolesión y el suicidio. Balconing: prueba la osadía de jóvenes y es un peligro mortal. El reto aparentemente inofensivo, ha ocasionado muertes cuando los participantes deben lanzarse desde alturas peligrosas a alguna alberca. Cada año, los medios de comunicación registran muertes relacionadas con esta imprudente moda.
Están también los Tide Pod Challenge y TheShellChallenge: juegan con la vida real. Los retos que ponen son ingerir detergentes y consumir alimentos con envoltorios intactos, desafíos absurdos que trivializan situaciones con alto grado de peligro, incluso llegar a la muerte.
El Juego de la Asfixia, el Juego de la Muerte y el Train Surfing van más allá de la razón por lo potencialmente mortales que pueden ser. Los dos primeros son provocar el desmayo a través de la asfixia, y subir el video. El tercero, quién no ha visto esos videos donde han muerto de manera brutal.
Vodka en el Ojo y Hot Water Challenge: De verdadera locura. Esto por la creencia absurda de que verter vodka en el ojo acelera la embriaguez, con el riesgo de perder la vista, y el arrojar agua hirviendo a personas desprevenidas. Una verdadera falta de conciencia.
Flaming Cactus Challenge: No importa lo que tengan que hacer para tener notoriedad sin considerar las consecuencias físicas y de salud. Comer un cactus en llamas, aunque suene absurdo, lo demuestra. El Abecedario del Diablo les deja una gran cicatriz física. Se debe rascar la piel mientras se recita el abecedario, incluso algunos incluyen decir una palabra que inicie con la letra.
Pero ahí no para todo. Los videojuegos traen otro gran peligro. Hay empresas en las que, una vez que el jugador se anime a pagar para seguir avanzando, se abre la puerta para robar todos los datos personales: contraseñas, cuentas, fotos, que utilizan para extorsionar a los contactos o las fotos para ser colocadas en imágenes y videos pornográficos para ser vendidos por las redes sociales o simplemente para terminar con relaciones entre parejas. La policía cibernética ha descubierto miles de cosas.
Una alerta es esa, no pagar a videojuegos desde la consola o desde los teléfonos. En la consola no habría tanto problema si no se enlazara con el teléfono o la computadora. Pero ahora es así, todos los aparatos se conectan.
En un mundo digital en constante evolución, es importante que las plataformas en línea, sobre todo las de redes sociales, se coordinen para detener la propagación de estos juegos virales peligrosos y alertar sobre el robo de identidad con los datos personales. Estas situaciones han generado crisis mentales severas y rompimientos de relaciones de pareja por falta de comunicación. Alerta.
