En pleno corazón del Estado de México, no hay la tranquilidad que todos los ciudadanos buscamos cuando pagamos nuestros impuestos, sobre todo en los municipios aledaños a la urbe provocada por el crecimiento urbano: El Valle de Toluca.
Millones de mexiquenses estamos sumidos en el temor, ante una realidad que cada día asusta más, aunque se haya perdido en mucho la capacidad de asombro. Una realidad en la que el valor de la vida de un ser humano, de un ser querido, de un vecino, amigo, se reduce a 5 mil pesos.
En los últimos años, los municipios del Valle de Toluca han registrado hechos que reflejan un inquietante e importante crecimiento en delitos de menor y de alto impacto. Los de menor, regularmente no se denuncian. Secuestros, violaciones, homicidios y lo que podríamos llamar hasta terroríficos descubrimientos de fosas clandestinas. Todo ello ha oscurecido pueblos y comunidades que siempre habían sido tranquilas, pacíficas. Hoy los criminales buscan espacios para casas de seguridad en esos pueblos alejados. Pero, ¿y las autoridades municipales? Se hacen de la vista gorda, regularmente. Han teñido de sombras.
El aumento de los delitos y de la percepción de inseguridad, tiene cada día preocupada y estresada a la población, que ha visto transformada su vida severamente.
La detención reciente de dos jóvenes en San Antonio La Isla por haber secuestrado presuntamente a una chica adolescente, es el reflejo de la realidad que afecta a la región.
La menor fue liberada tras el pago de los 5 mil pesos que eran solicitados, llegó a buen fin porque la joven no sufrió daño físico pero sí moral, tras un hecho traumático.
Este hecho evidencia la vulnerabilidad de la seguridad. Jóvenes sin más pudieron raptar a una persona por unos cuántos pesos. ¿Cuántos años de cárcel les darán?
En estos tiempos tan difíciles, este caso es representativo porque muestra el valor que muchos dan a una vida, sin importar nada más allá que unos centavos.
La situación exige una acción de los tres niveles de gobierno coordinada. Las autoridades deben enfrentar y afrontar la inseguridad y violencia que ha invadido muchos rincones del territorio mexiquense antes tan apacibles, en estos municipios. Es urgente fortalecer las fuerzas de seguridad municipales y atender las causas que alimentan esta espiral delictiva. Hablamos de prevención.
Es impresionante como bandas criminales, incluso de personajes de origen extranjero, se han apoderado de comunidades de alta pobreza. A las mujeres que llegan de trabajar los sábados les roban su salario semanal, si es que no les fue arrebatado antes en un asalto al autobús.
Intentos de secuestro constantes de jovencitas y desapariciones concretadas. Y no es mentira, no se trata solo de cifras, sino de hechos que la gente vive día a día.