Durante un foro inédito con el título situación actual del abasto de agua potable en la zona metropolitana del Valle de México, el diputado Max Correa hizo un llamado a familias y comunidades, pero también a los empresarios y diversos actores de la sociedad a construir soluciones inmediatas, de mediano y largo plazo para enfrentar y buscar soluciones a la problemática del agua en la entidad.
Ante la presencia del secretario del Agua, Pedro Moctezuma Barragán, del gobierno de la maestra Delfina Gómez Álvarez, el diputado Max Correa recordó la máxima de Ariosto Otero: “Hay suficiente agua para saciar la sed de todas y todos, pero no para satisfacer la ambición de unos cuantos”.
Dijo que el foro busca conocer y comprender las causas de la crisis hídrica en el sistema Cutzamala y el sistema Lerma, y las consecuentes afectaciones en la zona metropolitana Del Valle de México, pero también conocer las acciones que realizan el gobierno del estado de México y el municipio de Tlalnepantla, y lo más importante, cuáles son las acciones a llevar a cabo por todos los sectores de la sociedad.
En un auditorio abarrotado de representantes de comunidades y colonias de diversos municipios de la entidad, Max Correa expuso: “El modelo extractivista aplicado en la gestión del agua, es la característica del modelo neoliberal. Ha considerado al agua como una mercancía, y ha destruido nuestros bosques, contaminado nuestros ríos y secado nuestros humedales”.
El agua no es mercancía. Es derecho humano
“Los gobiernos neoliberales, han visto en la administración del agua, una gran oportunidad para saciar la ambición de unos cuantos, concentrando concesiones de agua en pocas manos, al considerar el agua como una mercancía. Es importante decir, que el agua, no es una mercancía, el agua es un derecho humano establecido en nuestra Constitución.”
El diputado por Tlalnepantla recordó la esencia del artículo Cuarto Constitucional: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico, en forma suficiente, salubre, aceptable, y asequible. El Estado garantizará este derecho, y la ley definirá las bases apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo, y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines.”
Señalo que “queda clara la responsabilidad de los tres órdenes de gobierno en garantizar este derecho humano, pero también debe quedar claro, que es fundamental la participación de la ciudadanía para conseguir que se cumpla. Es pertinente decir, que México ha firmado un tratado internacional importante y que poco se conoce, me refiero al Acuerdo de Escazú (Costa Rica). Este acuerdo, protege el derecho de las personas al acceso a la información, a la participación y a la justicia, en asuntos vinculados a garantizar el derecho humano a un medio ambiente sano, al desarrollo sostenible y a la salud.
Max Correa considero que el derecho humano al agua es indispensable para vivir con dignidad, es fundamental para garantizar otros derechos humanos. Debe tratarse como un bien social y cultural, y no solamente verse como un bien económico. Debemos ser conscientes que el agua se fabrica en nuestros bosques, y que estos son cuidados por comunidades indígenas y campesinas, que requieren de nuestra solidaridad y apoyo desde las ciudades, pues enfrentan a diario una batalla por su conservación y restauración, frente a la ambición de la mafia inmobiliaria y la delincuencia que promueve la tala clandestina y los incendios forestales para provocar el cambio en el uso del suelo.”
Preciso: “Por ello, consideramos que hoy, los presentes, debemos también adquirir un compromiso para involucrarnos y participar, en una “contraloría social de la gestión del agua”, bajo la premisa con el pueblo todo, sin el pueblo nada. El agua debe ser para todas y para todos.”
*Presidente de la ONG Franature