Cada día son más y más los casos de menores y jóvenes infractores con un comportamiento agresivo que cuando esta conducta se comienza a escapar de control se convierte en un peligro para las personas que están a su alrededor, tanto que ha cobrado vidas y dejado lesiones permanentes.
Novios que han asesinado a su pareja de la secundaria, que han hecho daño a su familia, que han arrebatado vidas, que han arreglado una discusión a golpes mortales.
Si bien la adolescencia es una etapa compleja que produce una serie de cambios físicos y emocionales que crean confusión, en ocasiones la agresión es la forma en que la que los adolescentes y jóvenes agresivos expresan sus emociones.
Este grupo de la sociedad sienten la necesidad de rechazar el mundo de los adultos que está lleno de exigencias y reglas, para poder encontrar su propia identidad.
Los adolescentes y jóvenes agresivos se dan en familias disfuncionales, familias protectoras, familias violentas que solo replican los círculos de violencia que viven en su entorno.
Cuando una familia es muy rígida o autoritaria, surge el adolescente violento como signo de rebeldía contra sus padres. Este intentará cambiar alguna costumbre o norma establecida en casa, por lo que se produce un choque con sus padres y se desarrollaría así un comportamiento violento.
La pérdida de algún familiar, un divorcio o cualquier otra situación que pueda causar estrés en el adolescente, es otro motivo por el que usan la agresión para expresar sus emociones.
En esta etapa se suele experimentar y probar cosas nuevas como por ejemplo el alcohol, las drogas. Cuando el adolescente comienza a tener adicción por ellas también desemboca en la agresión.
La presión social de sentirnos aceptados por nuestro entorno, cuando no existe esa aceptación, se produce tristeza, depresión y agresividad en el joven.
Cuando se tiene un hijo adolescente y jóvenes agresivos deben tomar el control de la situación para poder ayudar a sus hijos a recuperar el control de su vida antes que la violencia lo haga.
Aquí es un tema de dos, gobierno y familias, las familias en casa, pero hoy están abandonadas, a el Gobierno se le ha olvidado lo más importante, la salud mental de los integrantes de las familias.
No tenemos una infraestructura capaz de atender el tema interno de cada individuo, por ello ya es normal ver casos de violencia entre los más jóvenes de las familias.
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