La huella del dedo pulgar de nuestra mano llegará hasta el Zócalo, como lo hará la marea rosa que él denigró, y entre sus integrantes, a Xóchitl Gálvez, cuya candidatura empezó así, siendo sociedad, que tocó a la puerta de Palacio y el Presidente destapó con su negación de recibirla. En la boleta electoral quedará el eco y el corazón de la huella que se plantara en lo nuestro.
La piel dolerá, sangrará pero también cantará con esperanza, porque de alguna manera hay que rendir homenaje al millón de muertos que no podrán expresarse este día; porque las heridas serán no sólo por llorar sino para gritar y convencernos que no permitiremos más sometimiento, no más abuso, no más Presidencialismo.
Cerca de 800 mil muertos de Covid que hoy han dejado viudas, huérfanos, madres sin hijos y un ejército de dolor para que el presupuesto alcanzara para realizar las obras faraónicas que se le cayeron a AMLO, por mal planeadas o mal hechas, o por la corrupción de presupuestos en las compras y contratos; por los empleos perdidos, por las empresas cerradas. La piel electoral está rota de caminar y caminar buscando empleo sin encontrarlo y de las madres buscadoras qué decir. La piel de los jóvenes y los niños, víctimas de la trata, las manos de todas, de todos y de todes, tenemos que unirlas.
Las nuevas generaciones en el nuevo México, nos están llevando a una génesis en que nos daremos la mano con el futuro el 2 de junio en las urnas, con la piel gastada, helada, sin anillo constitucional que empeñaron los apátridas, sin fuerza por los que no debieron morir por la ineficacia e indolencia y por la trata; por los migrantes que nadie atiende y les quitaron lo poco que tienen, cuyos programas sirvieron para las malditas obras truncas que se llevaron todo.
Así llegamos a las elecciones del 2 de junio, con heridas imborrables, con más muertos en los cementerios, con más urnas, con menos médicos, con menos especialistas y enfermeras, con más huérfanos y más viudas, y con 170 mil casillas para votar con esta piel dolida de mexicanos que ha de cambiar a nuestro país a pesar de los que no quieren, pero amándote México, más que nunca, porque eres una patria que nos necesita: materia de estudio de este comportamiento inexplicable que ha de llevarnos a las respuestas que la Patria necesita.
Vente con nosotros tú que estás leyendo. Seamos todos iguales, que el color de nuestra piel mestiza, y la palabra nos unifique en la espalda dolida, en un corazón quebrado, en una misma bandera, en un mismo himno, una misma tierra, con una piel digital que están dejando a los mexicanos sin un color sino con otra piel: la digital.
