No hay plazo que no se cumpla, el del presidente López Obrador será el 30 de septiembre. Termina su sexenio con el mes. El 1° de octubre inicia el de Claudia Sheinbaum.
Al término de la gestión de AMLO se hace un balance de promesas y lo cumplido, pero sobre todo de los déficits, que son muchos, en especial los seres humanos muertos en el sexenio.
La preocupación surge cuando la presidenta electa declara que continuará con los programas de AMLO; que ella se ocupará del segundo piso de la cuarta transformación, sin afectar los programas sociales, y contando ahora con el apoyo de la incorporación de los más de 120 mil elementos de la Guardia Nacional que se suman a los de la Defensa Nacional y de la Marina, dependientes de la comandanta suprema.
Varios de los nombramientos clave del gabinete y empresas estatales son gente de López Obrador, vamos, leales o fieles. Así las cosas, pronosticar buenas relaciones con los socios del T-MEC y de otros países de Europa y Asia con los que el trato se ha vuelto ríspido, en la época AMLO, se advierte complicado, así como con los grandes inversionistas que estaban interesados en México.
De cualquier manera la expresión militar de “Sí mi comandanta” se generalizará, popularizará y hablará de un nuevo Estado Mexicano.
No sabemos si lo comprometido coincidirá con los hechos.
El día 1° de octubre se inicia el contador ciudadano para la presidenta Claudia. Sí mi comandanta, los mexicanos esperan por la atención a la violencia, a la salud, a la economía, a los migrantes, entre otros temas. Los problemas no se detienen.
El martes 1°, la violencia volverá a las calles de Culiacán, de Guanajuato, de Badiraguato y de algunos municipios del Estado de México, que a pesar de todas sus dificultades, han resistido, pero están al límite.
Se va el héroe y el denostado AMLO. Esperan a la salvadora, y si no, ya no esperan nada.
Veremos cómo gobierna y resuelve la crisis que vive México la presidenta Claudia. México requiere de su talento, compromiso y habilidades, que están en juego.