No es necesario un sacrificio político, dice cínicamente quien por su negligencia, descuido y falta de supervisión del Paso Exprés en Cuernavaca, Morelos, fueron sacrificados dos seres humanos al caer en un socavón, que por la pésima calidad de la obra y sus materiales, se hizo justo cuando padre e hijo iban pasando en su vehículo por el hoyo o la zanja de la muerte.
Gerardo Ruiz Esparza no conoce la vergüenza, el pudor, no conoce el respeto por los idos y sus deudos; no sabe o no quiere aceptar que es un pésimo servidor público, que lo único que ha hecho, es enriquecerse y enriquecer a sus cuates y compañeros del grupo gobernante a costa de los recursos del pueblo de México.
Él y casi todos los mexiquenses, que han hecho el peor de los gobiernos, son un insulto enorme, una afrenta, son, en suma, lo más podrido de tan podrido sistema político mexicano.
La nación entera les deberá cobrar la factura en el 2018, y este personaje tarde que temprano tendrá que pagar las consecuencias de su conducta.
Como salidos de la alcantarilla, uno tras otro de los integrantes del gabinete de Enrique Peña Nieto, van desnudando sus vicios, sus ambiciones, sus vanidades, sus torpezas, sus excesos, sus lujos, sus hurtos.
Esa es la nueva generación de ineptos, corruptos y ladrones, que han escupido al rostro de cada mexicano día tras día mostrando su podredumbre, su arrogancia, sus verdaderos intereses. Se sienten como paridos por la realeza y toman todo aquello que no les pertenece.
Ya estamos hartos de los Ruiz Esparza, los Lozoya, los Miranda, los Duarte, los Borge y muchos más, porque son una auténtica camada de verdaderos ladrones. Profesionales de la ineptitud, del fracaso.
Ruiz Esparza no renunciará. Seguirá obteniendo millones de pesos de las obras y negocios que al amparo de esa Secretaria se hacen. Basta con revisar su declaración patrimonial antes de iniciar el sexenio y ver la actual para darnos cuenta de que es un afortunado ciudadano que obtuvo el premio mayor de la Lotería.
Él, Enrique Peña Nieto y su gabinete fallido, están cortados por la misma tijera. Pero la historia se los condenará y ya llegará el día en que todo aquel servidor público que haga uso indebido de la función pública, caiga castigado por la justicia.
Ojalá nos alcance el tiempo para verlo.