En este inicio de año, la presidenta Claudia y sus seguidores celebran los 100 días de gobierno con una aprobación que, según la encuesta de El Financiero es del 78%. Ahora bien, ese promedio general contiene diversos aspectos que resultan interesante revisar. A la pregunta sobre las expectativas del gobierno 36% respondieron que ha resultado mejor de lo esperado, justo lo esperado 42% y peor 16%. Las mejores calificaciones por su desempeño las obtiene, lógico, en apoyos sociales con el 79% y en economía 66%; en un término medio tenemos seguridad pública 42%, corrupción 30% y crimen organizado en 23%. En el otro extremo los aspectos con mayor desaprobación son crimen organizado con 64% y corrupción con 55%.
Como que muchos mexicanos no quieren ver los otros datos o los ven de manera muy superficial. Pongamos algunos ejemplos, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó la expectativa económica para 2025 que ubica a México con un crecimiento del PIB de 1.2%, al final de la tabla, sólo superado por Cuba y Haití, pero dos terceras partes de los encuestados por El Financiero consideran que la economía está bien. En contraste, el mayor dinamismo se presentará en Argentina que crecerá 4.3%, Paraguay 3.9% y Costa Rica 3.8%, (que, dicho sea de paso, tienen gobiernos más democráticos).
Ya para qué le cuento que el anterior año, para ganar las elecciones, el gobierno pasado endeudó al país con 6 billones de pesos y, en los 100 días que lleva el actual, les quitó a los trabajadores 2.4 billones de pesos. No olvidemos que los trabajadores habrán de perder lo ahorrado durante años de esfuerzo y quisiera equivocarme, pero sospecho que no se movilizarán para defender sus recursos porque los líderes actuales están cooptados por el poder.
Con esas reflexiones, llega a mi mente el término que la universidad de Oxford determinó como la frase del año briand rot, cuya traducción sería algo así como “cerebros podridos”, un estado mental o intelectual ocasionado por el consumo de material, sobre todo en línea, trivial o poco desafiante. Brian rot fue elegida en una votación de 37 mil personas y análisis de datos públicos de la propia institución que demostró el aumento del 234% en su uso, hasta convertirla en la frase más usada del siglo. Aunque su origen se data alrededor de 1854 y fue utilizada por primera vez por Henry David Thoreau, en el sentido de devaluar las ideas complicadas en favor de las simples, suele ser más utilizada por jóvenes centenials o alfas, al definir contenidos superfluos, absurdos o desechables que consumen en redes sociales y dan significado a la expresión “cerebro podrido”.
En este sentido, la psicóloga Jannia Orta señala la preocupación de que, el contenido poco profundo, represente un escape de la realidad que vivimos. Desconectarse de las tareas o responsabilidades cotidianas, consumir algo que no me haga pensar más, mejor distraerme o divertirme. El consumo de información en redes sociales, actualmente sin ningún tipo de regulación (tarea que deberían hacer nuestros legisladores), genera la transformación emocional, generalmente depresión o ansiedad y llevan a la falta de concentración o incapacidad para memorizar o aprender cosas nuevas.
¿Cómo entonces recuperar y sanear nuestros cerebros? Tenemos que destinar un tiempo a lecturas de mayor interés y relevancia para nuestra vida, por poco que sea, pero que tendrán gran impacto al cabo del tiempo. Les cuento el caso del Dr. Lorne Whitehead de la Universidad de Columbia quien realizó un experimento denominado “el poder oculto del dominó”. Hizo 13 bloques (como fichas) aumentando 1.5 veces su tamaño y midió la fuerza cuando, colocados en fila, caían uno a uno. La fuerza creció exponencialmente y al final se había incrementado más de dos millones de veces que la primera fuerza aplicada.
Este ejemplo sirve para reforzar la idea de que, con pequeñas lecturas, su mente puede recuperar el sentido crítico, incluso las redes sociales le pueden aportar contenido valioso sobre cosas nuevas. Tome acciones sencillas, priorice el sentido de lecturas significativas, educativas e inspiradoras. Lea libros, propóngase retomar sus lecturas, eso abrirá su mente lo transportará a otra dimensión, a la del autor del libro. Pequeñas acciones incrementarán nuestro pensamiento crítico y evitarán que nos creamos los otros datos, sin fundamento, que el gobierno publicita. Queridas y queridos lectores, ese es mi deseo de año nuevo para ustedes.
*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.
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