Ante la debacle del PAN, PRI y PRD, varios actores políticos como la otrora candidata presidencial Xóchitl Gálvez y el ex perredista Guadalupe Acosta Naranjo, han manifestado su labor por crear nuevos partidos para los próximos meses.
También hay perfiles de tendencia ultraconservadora que han manifestado sus intenciones de conformarse como partido, el actor Eduardo Verástegui y el exgobernador panista de Guanajuato, Juan Manuel Oliva.
Para nadie es un secreto que los partidos políticos se convierten en la caja chica de personajes que juegan a enriquecer la democracia como una opción legítima para acceder al poder, cuando en realidad solo esperan el financiamiento para acuñar su eslogan y permanecer vigentes en el espectro electoral lo más que puedan, muchas veces en coalición con los partidos ya consolidados.
Y así, mantienen por años un registro que les permite encumbrar financieramente a familias que se vuelven las cabezas maestras del negocio.
Esta opinión no está en contra de las nuevas expresiones políticas que fortalezcan las opciones para que los mexicanos accedan al poder público; lo aberrante es que sean los mismos de siempre que al presenciar la muerte de sus institutos políticos, se aferren a vivir del erario público, dejando fuera a nuevos cuadros, independientemente de sus corrientes ideológicas.
Así, desde esta semana y hasta el 31 de enero, los personajes y organizaciones interesadas en formar nuevos partidos políticos podrán presentar su intención de registro ante la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE) con una denominación preliminar del nombre que pretenden utilizar.
La siguiente etapa del proceso se llevará a cabo en marzo, cuando la Secretaría Ejecutiva informará al Consejo General quiénes cumplieron con los requisitos básicos para avanzar.
Desde ese momento, las organizaciones tendrán un año para convencer al 0.26% del padrón electoral federal más reciente -al menos 256 mil personas a nivel nacional- para que los apoye en su intención de convertirse en partidos políticos.
Posteriormente, deberán comprobar que llevaron a cabo 20 asambleas estatales -o 200 distritales-. De ser así, éstas podrán solicitar su registro formal en febrero de 2026.
Durante el proceso 2019-2020, únicamente tres organizaciones obtuvieron registro de las 106 que se registraron ante el INE (el Partido Encuentro Solidario, Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas). No obstante, aunque se extinguieron al poco tiempo, este año volverán a buscar el registro.
¡Ya basta de nuevos mantenidos del sistema!