Desde que Franklin Roosevelt, hace poco más de 90 años, usó los primeros 100 días de gobierno como criterio de medición del inicio de su trabajo, en muchos lugares del mundo se considera que ese periodo marca la llegada de un proyecto político a una institución, representa un desafío fundamental y define la posibilidad de desarrollar las propuestas, conceptos ideológicos y programáticos propuestos en la campaña. Y claro, en los gobiernos populistas del siglo XXI, se utiliza para atraer la atención y movilizar a sus partidarios, aparentar que se utiliza la fuerza social para alcanzar la conquista popular.
Con motivo de los 100 días de Claudia, diversas empresas y medios de comunicación (W-Radio, Enkoll y El País) levantaron una encuesta entre el 3 y el 5 de enero sobre las condiciones actuales de México. Realizaron 1203 entrevistas y obtuvieron, entre otros, los siguientes resultados. El 45% señala que el principal problema del país son inseguridad (robos y asaltos son ya el 35%) y narcotráfico. Respecto a los problemas económicos, que incluyen crecimiento económico, falta de empleos, bajos salarios, pobreza e inflación, sólo el 25% los considera como la principal dificultad.
La gestión de Claudia es percibida entre muy buena y buena por el 42% y como mala y muy mala por el 36%, y para estas alturas, créame, no es mucha la diferencia. Cabe destacar que 48% de los hombres perciben mejor a este gobierno, mientras que sólo el 37% de las mujeres tiene buena opinión. Dividido por militancias, los simpatizantes de Morena son quienes mejor perciben su desempeño. Por su lado, los de MC y del PAN lo ven entre malo y muy malo: 52% y 51%, respectivamente. En este aspecto, el 74% de los encuestados piensa que la situación económica y la de su familia serán igual o mejor de buena que el año anterior. Quienes más desaprueban la gestión en general son los simpatizantes del PAN con un 45% y del PRI en un 41%.
Además de la opinión de las y los compatriotas, también tenemos que tomar en cuenta los riesgos políticos que se vislumbran en el panorama. La empresa Strategia Electoral nos señala algunos: 1) Estado de derecho, se acelera la erosión institucional y concentración del poder; las elecciones judiciales estarán bajo una profunda incertidumbre y adicionalmente se cocina una reforma electoral de lo más regresiva. 2) Ambiente para hacer negocios y seguridad en las inversiones, en este rubro la violencia continúa escalando, aumentando la inseguridad para ciudadanos y empresas. 3) Relación bilateral México-Estados Unidos, se está creando un ambiente menos favorable de cara a la revisión, en 2026, del TEMEC. 4) Decisiones de política económica, se hará evidente el deterioro de las finanzas públicas.
Además, según la empresa Integralia, la falta de mecanismos para vigilar y exigir cuentas a las autoridades gubernamentales puede fomentar la opacidad y la toma de decisiones arbitrarias, y añade que la presidenta, con una alta aprobación y aunado al elevado optimismo de los mexicanos, privilegiará las políticas que sustenten su popularidad en detrimento de proyectos de crecimiento económico y desarrollo integral de futuro.
Esta misma empresa prevé que se proponga una mala reforma fiscal para aumentar la recaudación, como resultado de las finanzas públicas limitadas, y seguir financiando los proyectos y programas gubernamentales. De igual manera, se seguirá degradando la capacidad operativa y de planeación de los gobiernos locales para atender eficazmente los problemas y necesidades locales, por ejemplo la infraestructura y servicios básicos. Como resultado, se incrementará la corrupción, la falta de personal cualificado y la concentración del poder que desincentiva asumir esa responsabilidad.
Finalmente, en cuanto a seguridad pública y sus riesgos, la empresa Carstens Crisis & Risk Control advierte que la estrategia de abrazos y no balazos generó una mayor impunidad (hasta el 95%), violencia y corrupción sin atacar las raíces del problema. Negar el problema, normalizar las tragedias diarias, la falta de valores éticos, cívicos y morales, son elementos que empoderan a la delincuencia cada vez más y, en consecuencia, cobra mayor relevancia la justicia por propia mano.
Así las cosas, tómelo con calma, sea lo más precavido posible, planee sus actividades cotidianas, cuide a su familia y a usted mismo, fundamentalmente de su salud y de sus ingresos, y cultivemos el optimismo… como dice el refrán “al mal tiempo buena cara”. Y, en serio, no olvidemos a Kalimán que recomendaba “serenidad y paciencia”.
*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.