Todos los días, noticias de hechos violentos que tienen como resultado muertes, agresiones con mucha saña, donde los protagonistas pueden ser desde un niño, una expareja, hasta una adulta mayor, que agreden sin importar si arrebatan una vida.
El caso de ‘Doña Carlota’, una mujer de la tercera que disparó a las personas que, presuntamente, invadieron una vivienda de su propiedad, ahí fueron dos vidas en el municipio mexiquense de Chalco.
Los feminicidios cometidos por hombres relacionados sentimentalmente con la víctima son innumerables, cada día sumamos más en todo nuestro país.
Los tres adolescentes de 16 años que fueron vinculados a proceso por su presunta participación en el homicidio del pequeño Israel de 12 años, ocurrido el 21 de marzo en el poblado de Belem, municipio de Otumba, Estado de México.
La falta de tolerancia es uno de los problemas sociales más graves y, lamentables, que siguen creciendo y que siguen sin estar en agenda de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, porque de los diputados no hablamos, están ocupados en hacer presencia en los municipios donde quieren ser alcaldes, pero ese es otro tema.
Vemos en redes sociales videos de como las peleas terminan en asesinatos, no hay control de emociones y ante la falta de poder defender un argumento la violencia es la mejor opción que termina con familias muertas, niños asesinados, feminicidios, o hasta perritos en cazos de aceite.
La falta de tolerancia es la frustración que puede deberse a diversos factores, como la crianza de cómo ven las y los niños que los adultos arreglan sus diferencias, experiencias negativas vividas, trastornos de salud mental o estrés crónico que es la incapacidad de aceptar y respetar las diferencias de pensamiento, creencias, cultura, religión, orientación sexual, entre otros aspectos, de otras personas.
La salud mental no está en la agenda de los gobiernos, y la falta de tolerancia seguirá generando conflictos, violencia y divisiones, y su impacto negativo será devastador tanto a nivel personal como colectivo.
Sin tolerancia, la sociedad seguirá perdiendo su capacidad de vivir en armonía y seguiremos contando a más víctimas.