Mañana, 29 de abril, a las 11:30 horas, sonará el Sistema de Alerta Sísmica en la zona central del país, con motivo del primer Simulacro Nacional. Y si estás en la CDMX, recibirás un mensaje de alerta en tu celular con la frase “Esto es un simulacro”. “Mantén la calma, es un simulacro”, así lo informó la Coordinación Nacional de Protección Civil a través de sus redes sociales.
Aunque el Gobierno Federal no estableció con mayor precisión el formato del mensaje –audio, texto o imagen–, dicho servicio proporcionará a los ciudadanos mayor oportunidad para tomar acciones anticipadas al impacto de un sismo, indistintamente de si el inmueble o lugar donde se encuentren tenga instalado o no un sistema de alertamiento sísmico, con lo cual las personas fortalecerán sus capacidades de respuesta individual ante una emergencia de este tipo.
La ampliación y diversificación de los sistemas de alerta temprana en México es una estrategia de la política pública nacional en materia de protección civil que se alinea con una de las siete metas que establece el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastre 2015-2030, impulsado a nivel internacional por la Asamblea General de la ONU después de la tercera Conferencia Mundial sobre la Reducción del Riesgo de Desastres (WCDRR, por sus siglas en inglés), celebrada en 2015 en Japón, la cual busca “Incrementar considerablemente la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples y de la información y las evaluaciones sobre el riesgo de desastres transmitidas a las personas, y el acceso a ellos, para 2030”.
Un Sistema de Alerta Temprana (SAT) tiene como objetivo la reducción de pérdidas ocasionadas por los desastres, tanto en vidas, medios de subsistencia, salud, bienes económicos, físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, empresas, comunidades y países. En México, para lograr la eficacia operativa de un SAT, el Artículo 19, Fracción IX, de la Ley General de Protección Civil, establece como responsable a la Coordinación Nacional de Protección Civil de “Instrumentar y, en su caso, operar redes de detección, monitoreo, pronóstico y sistemas de alertamiento, en coordinación con las dependencias responsables e incorporando los esfuerzos de otras redes de monitoreo públicas o privadas”.
En consecuencia, para la reducción del riesgo sísmico, el Servicio Sismológico Nacional (SSN), dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es la institución que detecta y registra los datos precisos de las características de los sismos: la fecha y hora de origen, su magnitud, coordenadas geográficas del epicentro, localización y profundidad, a través de la distribución de 98 Estaciones Sismológicas en todo el territorio nacional, acumulando el 60% de estas en 5 estados de la República: 20 se localizan en la CDMX; 12 en el EDOMEX; 10 en Oaxaca; 9 en Guerrero, y 7 en Chiapas.
Paralelamente, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX), operado por el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, A.C. (CIRES), da aviso de manera pública y gratuita a la población de las ciudades de mayor riesgo, con decenas de segundos antes de la llegada de un sismo (entre 20 y hasta 120 segundos, dependiendo de la distancia entre el epicentro del sismo y la ciudad que está siendo alertada), con el fin de que la sociedad realice acciones que protejan la vida y reduzcan la pérdida de bienes materiales.
El SASMEX cuenta con una red de 97 sensores distribuidos a lo largo de la costa del Océano Pacífico –la zona de mayor actividad sísmica–, en los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Puebla, los cuales reconocen sismos en un radio próximo a 90 kilómetros, cada uno. Los avisos de alerta del SASMEX son recibidos en las ciudades de México, Puebla, Acapulco, Chilpancingo, Morelia, Oaxaca, Toluca y Morelos, los cuales benefician a más de 25 millones de personas directamente, con posibilidad de ampliarse significativamente a través de sus sistemas locales de redundancia.
Finalmente, con la incorporación del envío masivo de mensajes a los teléfonos celulares de los ciudadanos, sólo resta a los Sistemas Estatales y Municipales de Protección Civil la difusión y asimilación de esta innovación tecnológica, mediante las oficinas de comunicación social y el ejercicio de simulacros, de campo y gabinete, por lo menos dos veces por año. Mientras eso sucede, no se olvide que el lugar más seguro lo hace usted. ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre
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