Acuíferos, riesgos que nadie ve
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Publicado en Opinión

Acuíferos, riesgos que nadie ve

Lunes, 23 Junio 2025 00:00 Escrito por 
Sin Riesgos Sin Riesgos Hugo Antonio Espinosa

Un acuífero es una formación geológica subterránea que tiene la capacidad de almacenar y transmitir agua. La extracción excesiva de esa agua propicia la disminución de la presión de poro en los materiales rocosos y sedimentos que los conforman.

El agua subterránea genera presión y representa una carga extra en el suelo, y disminuye la resistencia de los materiales pétreos, haciéndolos más susceptibles a la fricción. Al desalojarse o filtrarse el agua subterránea, esta deja huecos que irremediablemente deben llenarse, ya sea nuevamente con agua o con materiales que, al compactarse por su peso y su movimiento natural, ocupan dicho espacio.

Este fenómeno provoca un asentamiento paulatino y natural de los suelos, cuyos efectos son casi imperceptibles en la superficie, pues al ser moderados no representan ningún inconveniente y obedecen al ciclo hidrológico que se renueva constantemente cada temporada de lluvias, cíclicamente desde hace cientos de años.

Sin embargo, en los últimos 40 años, la sobreexplotación de los acuíferos ha interrumpido este ciclo natural, impidiendo que el agua de lluvia sea suficiente para volver a llenarlos en cada ciclo, generando cada vez más huecos, que son cada vez más grandes y más difíciles de ser llenados. Paralelamente, el avance de la proliferación del concreto en todos los espacios y suelos reduce las áreas verdes, parques y zonas boscosas en las zonas de transición urbana, lo cual impide la filtración adecuada de agua a los acuíferos.

Por ende, el déficit de agua subterránea se incrementa año con año y, si a este fenómeno se le suma la intensa actividad humana en materia de construcción, la perturbación de los suelos es extraordinaria y genera crisis en todos lados. El resultado es el incremento de asentamientos regionales de tierra cada vez más bruscos y en menor tiempo del que naturalmente se espera. Esa sequedad del subsuelo es brutal en muchas áreas urbanas.

Fenómenos de desertificación, asentamientos regionales y hundimientos (subsidencia) que ocurrían al paso de cientos de años, ahora ocurren en un par de décadas debido a la devastación provocada por la actividad humana. Adicionalmente, la enorme cantidad de desechos sólidos y basura que se arroja a las calles, canales, ríos y otros cuerpos de agua se suma al fenómeno, propiciando severos encharcamientos que colapsan en unos minutos cualquier ciudad con algunas horas de lluvia intensa.

¿Cuál es la razón? ¿Por qué ocurre esto? Estamos ante la presencia de dos fenómenos contrarios que, concatenados, producen efectos graves para la ciudadanía: por un lado, existe cada vez menos agua en los acuíferos por la sobreexplotación –una bomba de tiempo debajo de nuestras casas–; y por otro lado, los fenómenos climáticos extremos, tales como el efecto Fujiwhara, las mareas de tormenta, El Niño y La Niña en las zonas costeras que, además de los efectos devastadores que pueden producir localmente, generan gran cantidad de agua que irremediablemente llega a las ciudades más pobladas y cosmopolitas, cuyas condiciones de saturación impiden la filtración natural del agua, produciendo severas afectaciones.

¿Qué vamos a hacer para detener estos fenómenos? Respetar las reglas de la naturaleza, detener el saqueo voraz de los recursos hídricos, producir más espacios sin concreto y dejar de tirar basura en los cuerpos de agua. Por favor, dejemos de tirar basura fuera de su lugar. Recuerde que el espacio más seguro es el que construimos juntos. ¡Que su semana sea de éxito!

Hugo Antonio Espinosa
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre
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