El golpe de timón dado por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI se cocinaba desde inicios de este año; fue el miércoles el día en que la militancia fue testigo del cambio, Enrique Ochoa Reza dejó la dirigencia, a un mes de iniciada la campaña federal y, con Jose Antonio Meade Kuribreña en un remontable tercer lugar de acuerdo a las encuestas, Ochoa abandonó el barco y dicen los propios priístas, fue lo mejor.
El lastre que representó Ochoa Reza para la campaña de Meade se notó claramente con los pobres resultados obtenidos por la dirigencia nacional que ahora es otra, una muy distinta que parece le dará su justo valor a la militancia de a pie.
La gran falla, dicen quienes nacieron y viven con el PRI corriendo por sus venas, es el olvido en el que están los militantes de a pie, “las mujeres y hombres que enaltecen a nuestro partido son aquellos que conforman los Comités Seccionales, aquellos priistas que han caminado las calles de las colonias y municipios y que casa por casa van defendiendo a nuestro Partido Revolucionario Institucional”, afirman.
Los priistas que traen la camiseta bien puesta, son los que conforman un importante sector de la famosa estructura tricolor; el pulso del candidato presidencial y el cambio de dirigencia nacional podrán colaborar en el rescate de esa estructura, decepcionada, cansada y poco escuchada, la apuesta ahora será echar a andar la poderosa maquinaria priista, única en el mundo, políticamente hablando.
El nuevo dirigente nacional del PRI conoce las calles y caminar a ras de piso, en calles y colonias el ex alcalde de Acapulco, ex gobernador de Guerrero, senador con licencia por el Partido Revolucionario Institucional(PRI) y ex subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación (Segob), René Juárez Cisneros, será el nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, en sustitución de Enrique Ochoa Reza.
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