Al Filo de la Navaja: La Reforma al Amparo que Amenaza los Derechos Ciudadanos
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Al Filo de la Navaja: La Reforma al Amparo que Amenaza los Derechos Ciudadanos

Jueves, 18 Septiembre 2025 00:15 Escrito por 
Asuntos Públicos Asuntos Públicos Raymundo Guzmán Corroviñas

En los pasillos del Congreso y en la abogacía mexicana, inicia una discusión de enorme trascendencia. No se trata de un debate técnico más, sino de uno que toca el corazón mismo del Estado de derecho: el futuro del Juicio de Amparo.

Presentada como una consecuencia natural de la ambiciosa reforma judicial de 2024, la iniciativa para modificar la Ley de Amparo en 2025 promete eficiencia, digitalización y un combate frontal a las prácticas dilatorias. Sin embargo, detrás de esta fachada de modernización se esconde el riesgo de un grave retroceso: una reforma que podría dejar a los ciudadanos en una alarmante indefensión frente a los actos de autoridad.

El Juicio de Amparo no es un recurso legal cualquiera; es el legado histórico de México al mundo jurídico, un escudo forjado para proteger los derechos fundamentales de las personas contra los abusos del poder. La reforma constitucional en materia de derechos humanos de 2011 lo fortaleció, ampliando su alcance y consolidándolo como una herramienta garantista. Hoy, esa fortaleza se ve amenazada por una propuesta que, en su afán por agilizar la justicia, podría estar sacrificando la justicia misma.

Las Claves de una Reforma de Doble Filo

Para entender el alcance del debate, es crucial desglosar los pilares de la iniciativa. El gobierno la presenta como una actualización indispensable para un sistema judicial más ágil y transparente, pero cada uno de sus puntos centrales contiene implicaciones que preocupan a constitucionalistas y defensores de derechos humanos.

  1. La Suspensión del Acto Reclamado: ¿Un Escudo Roto?

Quizás el punto más álgido de la reforma es la restricción a la suspensión del acto reclamado. En términos sencillos, la suspensión es la "medida cautelar" por excelencia del amparo; es el freno de emergencia que permite a un juez detener temporalmente el acto de una autoridad (como una clausura, una multa impagable o una orden de demolición) mientras se resuelve el fondo del asunto. Su propósito es vital: evitar que el daño se vuelva irreparable.

La iniciativa propone limitar drásticamente la concesión de suspensiones, especialmente en casos que involucren "el interés social". Se prohíbe explícitamente otorgarla en asuntos relacionados con créditos fiscales firmes, investigaciones por lavado de dinero o actos regulatorios estratégicos.

Aquí yace el peligro principal: están equiparando, de manera errónea, el interés recaudatorio o administrativo del Estado con el interés social. Impedir que un pequeño empresario obtenga una suspensión contra un cobro fiscal que podría llevarlo a la quiebra no protege a la sociedad; al contrario, destruye fuentes de empleo y vulnera el patrimonio. Se está despojando al juez de su capacidad de ponderar cada caso concreto, convirtiéndolo en un mero aplicador de reglas que favorecen sistemáticamente al Esta

  1. . Justicia Digital: ¿Avance para quién?

La transición hacia un "amparo digital" es, en apariencia, un paso lógico y necesario. La propuesta busca implementar el uso obligatorio de la firma electrónica, expedientes digitales y notificaciones en línea para agilizar los procesos. Si bien la digitalización puede traer beneficios en transparencia y velocidad, su implementación sin matices amenaza con crear una justicia de dos velocidades.

México es un país de profundas brechas digitales. Exigir herramientas tecnológicas como requisito de acceso a la justicia podría excluir a millones de personas: comunidades indígenas, adultos mayores, habitantes de zonas rurales sin conexión a internet y ciudadanos de bajos recursos que no pueden costear un abogado con la infraestructura digital necesaria. La justicia no puede depender de si tienes o no acceso a internet.

El amparo fue creado para proteger a todos, no solo a quienes pueden conectarse a una plataforma. Esto podría convertirse en una barrera de acceso insuperable para los más vulnerables.

Un Proceso Encorsetado y la Merma de la Defensa. Más allá de la suspensión y la digitalización, la reforma busca acotar las posibilidades de defensa del ciudadano, en un intento por hacer los juicios más rápidos y focalizados.

  1. Limitaciones a la Ampliación de la Demanda

La iniciativa restringe severamente la posibilidad de ampliar la demanda de amparo. En la práctica actual, si durante el juicio surge un nuevo acto de autoridad relacionado con el original, el quejoso puede ampliar su demanda para combatirlo. La reforma pretende eliminar esta flexibilidad, obligando al ciudadano a presentar un nuevo amparo, lo que fragmenta la defensa, multiplica los costos y genera incertidumbre. Es una medida que ignora la realidad del litigio; muchas veces, la autoridad emite actos concatenados. Limitar la ampliación es forzarte a pelear con una mano atada a la espalda, mientras el adversario puede seguir golpeando.

  1. Eficiencia a Costa de Garantías: El Falso Dilema

El argumento central del gobierno es que estas medidas son necesarias para proteger el interés social y combatir tácticas dilatorias que abogados "chicaneros" utilizan para evadir la justicia. Nadie niega que existan abusos del sistema, pero la solución no puede ser desmantelar el sistema mismo.

La disyuntiva entre un sistema eficiente y un sistema garantista es falsa. La verdadera eficiencia judicial no reside solo en la velocidad, sino en la calidad y legitimidad de sus resoluciones. Un sistema que emite sentencias rápidas pero injustas, o que cierra sus puertas a una parte de la población, es un sistema fallido.

El debate sobre la reforma a la Ley de Amparo es, en última instancia, una reflexión sobre el tipo de país que México aspira a ser: uno donde la eficiencia del Estado prevalezca sobre los derechos individuales, o uno donde la Constitución sigue siendo el baluarte último del ciudadano. Limitar el amparo no es modernizar la justicia; es debilitar la democracia. El Congreso tiene ante sí una responsabilidad histórica: perfeccionar nuestro máximo instrumento de defensa, no convertirlo en una pieza de museo, inoperante e inaccesible para quienes más lo necesitan.

Twitter: @RaymundoGC
Facebook: @RaymundoGCor
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Raymundo Guzmán Corroviñas

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