El teatro reúne tantas cosas en un escenario que no es extraño que nos resulte fascinante, desde la creación del texto que ha de ser utilizado, la concepción de los personajes, los diálogos que han de ser en significativos, la iluminación, el escenario, el vestuario.
El teatro se encarga de compartir con nosotros desde la intimidad de un escenario –que se funde a veces un mucho, otras tantas sólo un poco con sus espectadores– historias entrañables que nos recuerdan nuestra condición humana y nos hacen, durante el tiempo que dure la puesta en escena, sufrir o gozar con los personajes que nos representan y nos proyectan.
Seamos honestos no es común y mucho menos corriente que obras de teatro internacional lleguen al Valle de Toluca para deleite de sus moradores, las razones son varias: desde los altos costos, hasta la falta de interés del público en muchas ocasiones.
En esta ocasión quiero platicarles de “Alacrán o La Ceremonia” obra de teatro unipersonal que llegará a Metepec el próximo 30 de agosto en punto de las 17:30 horas, con un texto poderoso original de José Antonio Lucía, quien también es el encargado de dar vida al personaje, bajo la dirección de Román Podolsky, gracias a la gira que realizan –coordinada por el también actor Domingo Cruz– tanto por Guatemala como por México, en donde realizaron funciones en el Centro Cultural Helénico y en el Albergue del Arte.
Los riesgos en la realización de un unipersonal tienen que ver con la construcción de mundos nuevos en los que se invita a participar al espectador, y al mismo tiempo con la experiencia de vida de aquellos que a través de su contexto vuelven posible la coexistencia en esos mundos. El ritual está completo a partir del ejercicio de comunicación que ocurre entre quien recrea la existencia y quien se vuelve parte de esa “ceremonia”, como testigos y copartícipes, sin embargo para José Antonio Lucia y su personaje Alacrán, gitano nómada, medio vividor, completo enamorado no se dificulta esta relación, en una canto honesto que rinde homenaje al dolor del pasado que se conserva en el presente y perpetúa en el futuro.
Es a través de la recreación de este individuo que se da vida a un texto poético que con agudeza desgarra las almas de aquellos que lo disfrutan, es furia, es pasión, es dolor, es vida que sensibiliza.
Con características que lo convierten en un esperpento del imaginario gitano que remite al cante, al desparpajo, al cinismo y a la ternura que lo va volviendo poco a poco en un ser entrañable, que a partir de un triángulo amoroso, noche tras noche rememora a su mujer, a su musa y flagelo: La Cangrejo.
Es a partir del recuento de su historia que Alacrán pretende comprender el por qué desmenuzando hechos que convierten al que mira en una especie de voyeurista que disfrutando de una ventana entra a la intimidad de este ser, que a partir del amor habla del comienzo y el fin del todo.
El deseo como motivación ante la ausencia, la carencia de la presencia y las ganas inconmensurables de un retorno imposible…
La invitación a asistir y ser parte de esta ceremonia la realiza el Ayuntamiento de Metepec a partir de su Dirección de Cultura. La entrada es libre con cortesías controladas que pueden solicitarse directamente en Calle 16 de septiembre, frente a las oficinas de Catastro en el Barrio de San Miguel, Metepec; o a través de la redes sociales de la Dirección de Cultura.
¡Imperdible y necesaria, porque todos tenemos una pieza ausente del rompecabezas que es la vida y nos urge exorcizarla a partir de la existencia misma!
@PalomaCuevasR
Paloma Cuevas Ramos
Sapiosexual, columnista, escritora y locutora. Corresponsal del programa A medios chiles de
#LaPayolaRadio. Promotora y gestora cultural incansable. Madre y cómplice de sus tres
mosqueteros, amante del café y de la verdad sin anestesia.
