Sin olvidar que José María Morelos fue michoacano y Miguel Hidalgo, rector de la Universidad Nicolaita, durante mucho tiempo se nos identificó a los mexicanos, a pesar de los padres de la insurrección independentista, como un indio dormido con el sombrero tapándonos la cabeza, símbolo de flojera, indiferencia y de estar dormidos frente a los desafíos, los saqueos y el desarrollo del país. Ahora que el alcalde independiente de Uruapan, Carlos Manzo, uno de los tres mejor evaluados del país, ha sido asesinado, y el sombrero se ha convertido en un símbolo de duelo, de reacción y de enojo, este símbolo despierta y se mueve.
La muerte no acabó con Carlos Manzo, le dio vida a su viuda, a Uruapan, a los movimientos civiles y espabiló a las autoridades. Nunca antes una de las víctimas, Grecia Quiroz, la viuda de Carlos, fue recibida tan pronto por la presidenta de la República.
La sociedad michoacana, no sólo la de Uruapan, sino las de Morelia, Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Paracho y otras de aquella entidad, se movilizan pacíficamente demandando seguridad y justicia para sus municipios y familias.
Cómo nos hubiera gustado estar presentes en la conversación que tuvieron la presidenta Claudia Sheinbaum y la viuda de Carlos Manzo, fuera ésta la que fuera, a los pocos días de los hechos. Lo que sí es claro es la falta de apoyo de la federación en cuanto a los efectivos militares que se le habían pedido para proteger al alcalde, a Uruapan y a su gente, con los que no se contó.
El alcalde Manzo fue baleado frente a su familia y a las familias en la plaza la noche de muertos, la que tradicionalmente se celebra en nuestro país, y en Michoacán aún más. Quien lo asesinó es un muchacho de 17 años. Es claro que él sólo fue la mano que apretó el gatillo, pero quien lo planeó lo hizo en horario estelar de televisión y a través de redes sociales para mandar un mensaje: “Que se cuiden los alcaldes y las sociedades que persiguen a las organizaciones criminales, pues estamos protegidos por el poder”.
Al preguntarle a Anabel Hernández, valiente periodista mexicana, sobre el tema, señaló que Carlos Manzo había pedido reiteradamente al gobernador Ramírez Bedolla y a la federación protección para él y para su pueblo, ya que nunca se quedó en la oficina: trabajó a pie de tierra, corriendo a los criminales de Uruapan y enfrentándolos como fuera necesario. Lo habían amenazado reiteradamente, pero él no se frenó. Era hombre de palabra, de acción, comprometido con Uruapan, con su gente, vamos, con México.
Carlos se suma a los diez alcaldes que han sido asesinados durante la gestión. ¿Qué sigue? Plata o cultura. Michoacán es una de las entidades con mayor actividad cultural, de la que se da poca cuenta.
El 9 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció el Plan Michoacán, similar al del expresidente neoliberal Peña Nieto en materia de seguridad.

