Autoestima y rendimiento académico y profesional
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Publicado en Opinión

Autoestima y rendimiento académico y profesional

Miércoles, 26 Noviembre 2025 00:15 Escrito por 
La Tribu Entera La Tribu Entera Ricardo Joya

Una baja autoestima en estudiantes universitarios puede afectar negativamente su motivación, bienestar emocional y rendimiento académico, en virtud de que influye en aspectos como la motivación para el aprendizaje, la gestión del estrés, el establecimiento de metas y la interacción social con sus compañeras y compañeros de aula.

De acuerdo con los estudios en la materia, se ha identificado que quienes tienen una alta autoestima o autoestima positiva tienen mayor probabilidad de lograr un rendimiento académico superior y quienes tienen baja autoestima se pueden rendir con facilidad, y la afectación emocional ante los errores o fracasos es mayor.

La autoestima, entendida como la forma en la que cada persona evalúa sus habilidades, características, roles e importancia en el contexto social, se ha identificado como un elemento clave en el desempeño académico, porque quienes poseen una alta autoestima pueden mostrar una visión más abierta para probar nuevos enfoques y adaptarse mejor a situaciones desafiantes. Todo ello forma parte de un entorno en el que la independencia y el pensamiento crítico son fundamentales para obtener mejores resultados.

En 22 años de estar frente a grupo y 35 años de desarrollo profesional —principalmente en el campo de la educación universitaria, la comunicación, la vinculación y las relaciones institucionales— he observado algunas características de quienes se desempeñan mejor en el ámbito laboral, y uno de los aspectos clave —además del conocimiento que puedan acreditar— es la autoestima. Esa capacidad para reconocerse con las aptitudes para atender alguna tarea que nunca se ha realizado, incluso a pesar de tener miedo.

Desde el aula se puede observar a quienes ya llegan con una buena autoestima o la seguridad suficiente en sí mismos para introducirse a dinámicas y procesos de enseñanza-aprendizaje que antes no habían vivido. Tienen mayor capacidad para escuchar, interactuar en clase, preguntar sin temor y se atreven a exponer, independientemente de la reacción que puedan provocar entre sus compañeras y compañeros.

En buena medida, una autoestima positiva está relacionada con un mayor nivel de motivación entre estudiantes para alcanzar sus metas académicas, y es por la confianza de que sus esfuerzos rendirán frutos, por lo que se muestran animados a perseverar y no rendirse fácilmente.

Por el contrario, quienes dudan de sí mismos o tienen una autoestima negativa tienden a subestimar su propio desempeño al no confiar en sus competencias (conocimientos, habilidades y actitudes).

Hace unos días, por invitación del Canal del Congreso —a través del director de Producción y Programación, Juan Carlos Becerra Landeros—, un grupo de estudiantes de las licenciaturas en Sociología, Ciencias Políticas y Administración Pública, Comunicación y Gestión de la Información en Redes Sociales, así como de Derecho, de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), participaron en el programa “En Comunikción”, con el tema “Los jóvenes y el poder. ¿Cómo influir en la agenda pública?”

Como parte del panel, los más de 100 jóvenes tuvieron la posibilidad de hacer preguntas a quienes participamos en el panel y particularmente a la senadora por Zacatecas, Claudia Edith Anaya Mota, secretaria de la Mesa Directiva del Senado, y a la diputada federal por el Estado de México, María Luisa Mendoza Mondragón, secretaria de la Comisión de Educación, y a mi amigo abogado y periodista, José Elías Nader Mata, mejor conocido como “El Tótem” del periodismo mexiquense.

Gratamente, el equipo de producción del programa, las legisladoras y las propias conductoras Constanza Ramírez y Luisa Rodríguez expresaron que fue uno de los mejores programas, particularmente por las preguntas y la participación proactiva y animada de las y los jóvenes, quienes no dejaron de cuestionar aspectos relativos al trabajo de las representantes populares y con respecto a la manera de tomar decisiones. Fue muy satisfactorio ver ese desempeño.

Sin embargo, lamentablemente no se puede decir que esa autoestima positiva sea el rasgo generalizado de la mayoría de las y los estudiantes. Muchos de ellos dudan de sus propias capacidades y talentos, y en buena medida es por carencias —especialmente afectivas— en sus hogares, y por falta de motivación en las aulas.

Al hacer el recorrido por el Senado, durante la visita al Salón de Sesiones de la Comisión Permanente, la joven que guiaba el recorrido realizó preguntas de cultura general y varios estudiantes tenían las respuestas, pero no se animaron a expresarlas por el temor a “estar mal”, “equivocarse” o para no ser juzgados. Tenían el conocimiento, pero no la seguridad para hacerlo visible.

Y ahí es donde debemos preguntarnos: ¿qué ocurre? Quizá una razón sea que muchas y muchos de estos jóvenes universitarios vivieron la pandemia por COVID-19 cuando estaban en una etapa clave para su desarrollo: la secundaria, la prepa o la transición entre uno y otro nivel de estudio, y ello les impidió desarrollar plenamente sus competencias. Otra razón puede ser la existencia de docentes que descalifican cuando hacen preguntas (porque se consideran tontas u obvias) o ejercen diferentes tipos de violencia que provocan desaliento e inseguridad en las y los estudiantes.

Otro factor identificado es el uso de las redes sociales, donde se aprecia y comenta la vida de los demás, en un proceso comparativo permanente a partir de la apariencia, lo que impacta en la autoestima.

Por la razón que sea, tenemos la oportunidad —y la gran responsabilidad— quienes estamos frente a grupo o en la toma de decisiones dentro de los espacios formativos, para abonar a que las y los jóvenes recuperen y acrecienten esa autoestima, porque de lo contrario se reducen las posibilidades de que aprendan mejor y de que el día de mañana se desempeñen con éxito en el ámbito profesional.

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Ricardo Joya

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