Jóvenes: apatía o resistencia
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Publicado en Opinión

Jóvenes: apatía o resistencia

Jueves, 27 Noviembre 2025 00:00 Escrito por 
Palabras al viento Palabras al viento Juan Carlos Núñez

Quiero retomar el tema de la respuesta tan iracunda que tuvo el gobierno ante las acciones de la “Generación Z”, que se ha convertido en su talón de Aquiles. Reacción quizá, en parte, motivada por el temor a que, si la oposición actúa con inteligencia estratégica, puede aprovechar el descontento que encabezan los jóvenes como fuerza motriz para recuperar el equilibrio democrático en México.

A manera de introducción, déjenme contarles que hasta octubre de 2025 la población ocupada entre 15 y 24 años se redujo en 476 mil personas respecto al mismo periodo de 2024. Esta disminución representa una crisis estructural porque pasamos de 9.17 millones de jóvenes ocupados en 2023 a 8.68 millones en 2025, un desplome importante.

Clemente Ruiz, investigador de la UNAM, confirma su tesis: “los jóvenes son los primeros en salir del mercado cuando la economía no crece”. El incremento de la informalidad al 67.3% indica incluso que aquellos que logran trabajar lo hacen en condiciones de desprotección total: sin seguridad social, sin acceso a la vivienda y sin posibilidad de ahorro.

Este escenario económico es el caldo de cultivo perfecto para el fenómeno sociológico de los neijuan, término importado de la crisis demográfica y laboral de China, citado en diversos estudios sobre la juventud global. La palabra neijuan se traduce como “involución” y describe un sistema donde la competencia se intensifica, hasta niveles irracionales, pero las recompensas desaparecen: se corre más rápido para quedar en el mismo lugar o hasta retroceder.

En México el fenómeno neijuan se manifiesta en la traición de la meritocracia educativa promovida por el Estado. Esta situación se nota en diversos aspectos. Primero, la inflación de credenciales: se ha expandido la matrícula universitaria, pero no existe una estrategia de industrialización para la inversión privada y los títulos se convierten en papel mojado. El destino de los jóvenes que se esfuerzan en obtener un título es el subempleo o la informalidad.

Segundo, el cierre de la movilidad social: al igual que en China, los jóvenes optan por “tumbarse” (Tang Ping). Ante la imposibilidad de comprar una vivienda, nuestros jóvenes viven la incapacidad de hacer un patrimonio como sus padres. Y, tercero, el agotamiento del esfuerzo: la frustración de los jóvenes que intentan emprender y se topan con la extorsión del crimen organizado o la voracidad fiscal del SAT, que persigue a los cautivos e ignora a la economía criminal.

La marcha del 15 de noviembre representó una revuelta contra el neijuan. Los jóvenes contra un modelo económico que les cancela el futuro. Las becas de 3,000 o 6,000 no compran una vida digna, ni seguridad ni porvenir. El estratega Gutiérrez Rubí identifica la “soledad no deseada” como rasgo de la “Generación Z”, que socializa mayoritariamente en las redes sociales mediante algoritmos, con implicaciones políticas profundas. Primero, el Estado ausente: en su entorno, salir en la noche es un riesgo mortal, más si son mujeres; el Estado ha fallado en proveer un espacio seguro para la convivencia. Y segundo, la búsqueda de pertenencia: la soledad hace a los jóvenes vulnerables a la radicalización, pero también ávidos de comunidad. El 15 de noviembre desafiaron a los granaderos y experimentaron cohesión.

Finalmente, el gobierno ha invertido miles de millones en granjas de bots para controlar la conversación en “X” y Facebook, pero la “Generación Z” controla TikTok; el video corto es lo suyo. Gutiérrez Rubí advierte que los algoritmos polarizan, pero en este caso juegan a favor de la oposición y están exponiendo la disonancia entre la retórica de paz de Sheinbaum y la realidad de los gases lacrimógenos.

Apostar por la derecha se convierte en la “nueva rebeldía” porque Morena representa el establishment actual, la censura, la corrección política (woke) y la autoridad moralina que dicta cómo hablar, qué pensar y cómo comportarse. Para un joven de 20 años, el sistema es Morena, la autoridad es Claudia Sheinbaum y el discurso hegemónico es la cuarta transformación. Rebelarse contra el sistema implica oponerse a Morena.

Enrique Krauze postula que los grandes cambios de México no han nacido de plataformas ideológicas abstractas, sino de “agravios acumulados”. En 1910 el agravio fue la dictadura y la falta de sufragio; en 1968 el agravio fue el autoritarismo y la represión estudiantil; en 2025 el agravio es la dimisión del Estado en su deber de proteger la vida.

La “Generación Z” no necesita fundar un partido desde cero, necesita colonizar las estructuras opositoras existentes o forzar una coalición que adopte su agenda. El pliego petitorio de 12 puntos que planteó la “Generación Z” es un documento de una madurez política inusitada: no piden “más dinero”, piden instituciones.

La oposición tiene una oportunidad histórica: servir al movimiento para canalizar su energía hacia las urnas en 2027. Debe, además, construir una oferta económica centrada en la desregulación para el emprendimiento joven, incentivos fiscales para el primer empleo y soluciones de vivienda. Los diputados y senadores opositores deben presentar textualmente los 12 puntos del “Pliego Gen Z”. Esta juventud agraviada, que describe Krauze, debe repetir incansablemente: “el gobierno ha fallado, te quita el empleo y te gasea cuando te quejas”. El planteamiento opositor podría ser: “Si Morena te da becas y vives con tus padres para siempre; con nosotros tendrás un empleo y tu propia casa”.

Quiero retomar el tema de la respuesta tan iracunda que tuvo el gobierno ante las acciones de la “Generación Z”, que se ha convertido en su talón de Aquiles. Reacción quizá, en parte, motivada por el temor a que, si la oposición actúa con inteligencia estratégica, puede aprovechar el descontento que encabezan los jóvenes como fuerza motriz para recuperar el equilibrio democrático en México.

A manera de introducción, déjenme contarles que hasta octubre de 2025 la población ocupada entre 15 y 24 años se redujo en 476 mil personas respecto al mismo periodo de 2024. Esta disminución representa una crisis estructural porque pasamos de 9.17 millones de jóvenes ocupados en 2023 a 8.68 millones en 2025, un desplome importante.

Clemente Ruiz, investigador de la UNAM, confirma su tesis: “los jóvenes son los primeros en salir del mercado cuando la economía no crece”. El incremento de la informalidad al 67.3% indica incluso que aquellos que logran trabajar lo hacen en condiciones de desprotección total: sin seguridad social, sin acceso a la vivienda y sin posibilidad de ahorro.

Este escenario económico es el caldo de cultivo perfecto para el fenómeno sociológico de los neijuan, término importado de la crisis demográfica y laboral de China, citado en diversos estudios sobre la juventud global. La palabra neijuan se traduce como “involución” y describe un sistema donde la competencia se intensifica, hasta niveles irracionales, pero las recompensas desaparecen: se corre más rápido para quedar en el mismo lugar o hasta retroceder.

En México el fenómeno neijuan se manifiesta en la traición de la meritocracia educativa promovida por el Estado. Esta situación se nota en diversos aspectos. Primero, la inflación de credenciales: se ha expandido la matrícula universitaria, pero no existe una estrategia de industrialización para la inversión privada y los títulos se convierten en papel mojado. El destino de los jóvenes que se esfuerzan en obtener un título es el subempleo o la informalidad.

Segundo, el cierre de la movilidad social: al igual que en China, los jóvenes optan por “tumbarse” (Tang Ping). Ante la imposibilidad de comprar una vivienda, nuestros jóvenes viven la incapacidad de hacer un patrimonio como sus padres. Y, tercero, el agotamiento del esfuerzo: la frustración de los jóvenes que intentan emprender y se topan con la extorsión del crimen organizado o la voracidad fiscal del SAT, que persigue a los cautivos e ignora a la economía criminal.

La marcha del 15 de noviembre representó una revuelta contra el neijuan. Los jóvenes contra un modelo económico que les cancela el futuro. Las becas de 3,000 o 6,000 no compran una vida digna, ni seguridad ni porvenir. El estratega Gutiérrez Rubí identifica la “soledad no deseada” como rasgo de la “Generación Z”, que socializa mayoritariamente en las redes sociales mediante algoritmos, con implicaciones políticas profundas. Primero, el Estado ausente: en su entorno, salir en la noche es un riesgo mortal, más si son mujeres; el Estado ha fallado en proveer un espacio seguro para la convivencia. Y segundo, la búsqueda de pertenencia: la soledad hace a los jóvenes vulnerables a la radicalización, pero también ávidos de comunidad. El 15 de noviembre desafiaron a los granaderos y experimentaron cohesión.

Finalmente, el gobierno ha invertido miles de millones en granjas de bots para controlar la conversación en “X” y Facebook, pero la “Generación Z” controla TikTok; el video corto es lo suyo. Gutiérrez Rubí advierte que los algoritmos polarizan, pero en este caso juegan a favor de la oposición y están exponiendo la disonancia entre la retórica de paz de Sheinbaum y la realidad de los gases lacrimógenos.

Apostar por la derecha se convierte en la “nueva rebeldía” porque Morena representa el establishment actual, la censura, la corrección política (woke) y la autoridad moralina que dicta cómo hablar, qué pensar y cómo comportarse. Para un joven de 20 años, el sistema es Morena, la autoridad es Claudia Sheinbaum y el discurso hegemónico es la cuarta transformación. Rebelarse contra el sistema implica oponerse a Morena.

Enrique Krauze postula que los grandes cambios de México no han nacido de plataformas ideológicas abstractas, sino de “agravios acumulados”. En 1910 el agravio fue la dictadura y la falta de sufragio; en 1968 el agravio fue el autoritarismo y la represión estudiantil; en 2025 el agravio es la dimisión del Estado en su deber de proteger la vida.

La “Generación Z” no necesita fundar un partido desde cero, necesita colonizar las estructuras opositoras existentes o forzar una coalición que adopte su agenda. El pliego petitorio de 12 puntos que planteó la “Generación Z” es un documento de una madurez política inusitada: no piden “más dinero”, piden instituciones.

La oposición tiene una oportunidad histórica: servir al movimiento para canalizar su energía hacia las urnas en 2027. Debe, además, construir una oferta económica centrada en la desregulación para el emprendimiento joven, incentivos fiscales para el primer empleo y soluciones de vivienda. Los diputados y senadores opositores deben presentar textualmente los 12 puntos del “Pliego Gen Z”. Esta juventud agraviada, que describe Krauze, debe repetir incansablemente: “el gobierno ha fallado, te quita el empleo y te gasea cuando te quejas”. El planteamiento opositor podría ser: “Si Morena te da becas y vives con tus padres para siempre; con nosotros tendrás un empleo y tu propia casa”.

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