En tenis, vemos muy frecuentemente a un jugador ganar el primer set fácilmente y luego perder los siguientes dos y con ello, el partido. ¿Por qué? Por el lado físico, visible, la respuesta es que el otro jugador evidentemente mejoró su juego y lo derrotó.
Otra respuesta es que algo sucede en la mente del jugador que hace que al ganar el primer set se confíe y para cuando acuerda ya ha perdido el segundo set y el juego se ha empatado. Y resulta que en el tercer set, al que ganó el primero le pasa algo por su mente y pierde el tercero definitivo y sale derrotado.
Es probable que algo similar suceda en otros deportes o competencias. Como dicen, caballo que alcanza gana, pero aunque los caballos no piensan sí lo hacen sus jinetes.
Cada deporte es diferente y los hay individuales, como el box, donde no hay mucho tiempo para pensar, y los de equipo, como el fútbol americano donde se estudia y decide cada jugada o el soccer que es de menos pensar y más de patear, a veces al contrario en vez de al balón.
Pero en todos los deportes hay un aspecto físico y uno mental, una preparación previa y una estrategia pensada con anterioridad y, a veces, ésta es más importante a la larga. No basta con trabajar el aspecto físico y aún en esta época súper deportiva no siempre es cierto aquello de Mens Sana in Corpore Sano, que decimos con mucha seriedad (Mente sana en cuerpo sano).
Es una cita latina que en realidad proviene de la Sátira X del cómico Juvenal en el siglo II, en la época del Imperio Romano. La cita completa es Se debe orar que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano. En la profana Roma imperial de los gladiadores la frase era tomada como una broma...todavía no cobraba el sentido moderno laico que suprime lo de orar y que piensa que ver deporte es automáticamente igual a salud.
Lo mejor, como en todo, es aprender a lograr la armonía entre el dentro y el fuera, la dialéctica de lo mental y lo físico, un aprendizaje que es valioso en sí mismo y aplicable a otros aspectos de la vida. Las sutilezas de este aprendizaje puede encontrarlas en un viejo libro de Timothy Gallery, El Juego Interior del Tenis, pero que es más vigente que nunca y puede ayudarle a mejorar su tenis y si no lo juega, le servirá para conocerse a sí mismo y mejorar sus habilidades interiores y toda su vida (en el campo profesional, de los negocios, la salud, la educación y las relaciones humanas en general).
En todo caso, observar como se desarrolla esta extrañísima dialéctica le hará más interesante los juegos cuando vea los extraños comportamientos de los jugadores en los próximos grandes torneos -por medio de su aparato electrónico preferido- que vienen en Francia (Roland Garros en arcilla), en Inglaterra (Wimbledon, en césped) y en Estados Unidos (Nueva York, en cancha dura). Que los disfrute.
(Mayo 2018)