México necesita de un verdadero líder

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México necesita de un verdadero líder

Miércoles, 27 Junio 2018 00:06 Escrito por 

Líder proviene del inglés leader (que significa guía), es un individuo que ejerce mayor influencia en los demás, se le considera orientador o jefe, con la habilidad de convencer a otros de que trabajen con entusiasmo para lograr los objetivos definidos, con funciones ejecutivas de dirección planifica las actividades, media en los conflictos, no asume todas las funciones, sino que delega la responsabilidad en otras personas cercanas a él, tiene mayor necesidad de una visión, de un destino, es por eso que los líderes hacen de su vida una visión, y no una carrera. Así mismo, ocupar la posición más elevada conlleva una gran responsabilidad.

Existen diferentes formas de liderazgo que dependen de los objetivos, del tipo de normas establecidas, y sobretodo de su personalidad y habilidad persuasiva. En este sentido hay diferentes tipos. En primer lugar se tiene al autoritario caracterizado por no consultar al grupo antes de tomar una decisión. Un segundo tipo es el democrático, que permite al grupo opinar y tomar parte de las decisiones. Por último el liberal que sólo decide cuando el grupo se lo pide.

México busca un líder capaz de modificar las condiciones actuales de vida, alguien con sentido y sensatez, con la solvencia que corresponde a la función, para derrotar los vicios acumulados durante décadas que han dejado de lado el objetivo tanto de la Independencia, como de la Revolución, en las que miles de mexicanos dieron su vida por un futuro promisorio, liberado de las ambiciones para enaltecer el reclamo de justicia social del pueblo.

Sin embargo, las traiciones en los más altos niveles de la política y que se encargarían de darle forma a un país descompuesto por la lucha que puede considerarse como una condición necesaria de cambio, en manos de quién depositar lo logrado durante ese tiempo para llevar a una escala de brillantez a un país que de lo único que ha carecido es de buenos dirigentes, porque al amparo del poder, se olvidan de los más necesitados y se ocupan de darle esa brillantez y estatus a sólo un grupo selecto de amigos, compadres o familiares, y el alma independista y de la revolución, sólo ha quedado registrada en parte de los libros, que no oficiales, dan cuenta de la verdadera historia de una nación que lo tiene todo, menos verdaderos líderes o en su defecto, muy contados.

¿De qué valió la muerte de tantos mexicanos, si adoptamos una democracia que no ha terminado por fortalecerse, por representar verdaderamente los intereses del pueblo?, ahora ¿dónde quedó el sacrificio de esos héroes que dieron patria y que sólo son usados sus nombres en aras de un interés personal?, porque siempre y cuando les conviene, los desentierran para sacarlos al discurso, mancillando su memoria, pero aunque muchos de ellos son considerados un ejemplo a estas generaciones, no todos lo merecen, hay los que aprovechándose de su función traicionaron a los ciudadanos, pero son historias que no se cuentan, porque no conviene.

Y lo cierto es que "un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla" frase que se atribuye a varios personajes históricos, dificultando la posibilidad para saber quién fue el primero en decirla, sin embargo, lo más importante es la verdad que ésta encierra, que hace recordar traiciones y uso del poder para beneficio diferente al obligado, y así podemos lamentar gobiernos de Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz, José López Portillo, Luis Echeverría Álvarez, Gustavo Díaz Ordaz, entre otros, que dejaron cicatrices muy profundas y dolorosas, entre ellas, revueltas, homicidios, crisis, y mucho más.

Ahora, en pleno siglo XXI nos encontramos en condiciones que han demostrado que la política y liderazgo de México no ha terminado por repuntar a pesar de la capacidad de millones de mexicanos, en lo intelectual, en lo científico, en la mano de obra calificada, y con un orgullo decidido al sacrificio por sus connacionales tantas veces demostrado y que aún sobra la magnitud de su solidaridad para brindarse a los pueblos hermanos que así se lo piden, sin el mayor interés que el que nutre de fortaleza a su corazón y que es la bondad de su gente.

Un país envidiado por muchos otros por su territorio, por su riqueza natural, por su gente, por su cultura, por sus tradiciones, no es posible que no logre despegar hacia un futuro mejor, en razón de la falta de entendimiento de quien lo ha dirigido. Ahora, ¿quién de los cuatro contendientes para ocupar el cargo más alto de la política del país realmente fue elegido por la mayoría de los mexicanos, para que sus respectivos partidos o coaliciones los propongan como posibles presidentes?, todos ellos se sometieron a consultas o dedazos de sus partidos, no hay en sí, la posibilidad de que el pueblo haya participado de alguna manera en esa decisión, es decir, son impuestos.

Ahora bien, si se tratase de una gran empresa, para elegir al mejor para la dirección general de la misma, éste debería cumplir con una serie de requisitos, capacidades y características necesarias para el cargo, entonces ¿por qué no exigir para el cargo más importante de todos algo parecido?, de hecho, deberían ser examinados todos los aspirantes a un cargo de elección, muchos de ellos no pasarían ni con seis un examen de conocimiento de las responsabilidades que asumirán.

Por ello, vemos a actores, futbolistas y payasos que con nuestro sistema democrático pueden ser representantes de una comunidad, municipio o del país, y los altos salarios que pagamos los mexicanos, no parecen corresponder a tan paupérrimos resultados que obtenemos, y contar con una muy abultada cámara de senadores, de diputados y de altos funcionarios.

¿Por qué se les paga tanto?, no es concebible los altos salarios cuando la mayoría de mexicanos recibe un mínimo de insulto, y que además con ese salario tiene que pagar, colegiaturas, luz, teléfono celular, gasolina, seguros, predial, y muchos etcéteras, y ¿por qué los que mejor ganan reciben tantos apoyos para esos pagos? ¿cuál es la lógica? ¿de dónde soportan esa condición?

Sin embargo, ninguno de los cuatro contendientes a la presidencia toca ni por casualidad las prerrogativas que reciben sus institutos políticos, que de hecho son demasiados como para terminar por fusionarse, ¿quién de ellos se ha manifestado por reducir el número de senadores o de diputados? O ¿por verdaderos cambios a la estructura ejecutiva?, sólo hablan de gastar más. En cuanto a la pobreza, prometen sacarla de donde está, sólo con programas sociales, no con inversiones, con proyectos económicos que los contemplen.

El futuro de nuestra nación no es halagador con lo que hay, y tenemos que esperar, que sea el que sea, los pobres seguirán pobres, las condiciones asistencialistas sólo logran mantener cautivos a los potenciales votantes.

Es difícil ver a un México progresista, instalado en la libre competencia mundial, en un futuro en el que no tengamos miedo al presidente estadounidense que utiliza el nombre de nuestro país para elevar un poco su desfondada popularidad, porque poco le ha resultado bien y porque no sabemos quién de los que pueden ser presidente se enfrentará a su política, no deberíamos sufrir y llorar por las condiciones de los paisanos que huyen de su tierra para encontrar un mejor nivel de vida, pues deberían encontrar esas condiciones en su patria, sin embargo han sido vistos a ojos del cabeza de zanahoria como criminales, ¿quien lo enfrentará?, no en condición desafiante, sino con inteligencia, ¿quién?.

Aunque todo esto, y de acuerdo a la expectativa que se supone de las encuestas tiene nuestro pueblo, el que lleva delantera, no parece tener el menor interés por una solución madura, sensata y diplomática. No queda más que esperar cuál será la decisión final. 

 

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Alfredo Albíter González

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