Un drama para la alta burocracia la reducción de salarios

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Un drama para la alta burocracia la reducción de salarios

Miércoles, 01 Agosto 2018 00:06 Escrito por 

A raíz del anuncio hecho por el virtual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que nadie podrá ganar más que el presidente, impactó de manera significativa a la alta burocracia del país, más de lo que pudiera caber en la imaginación, especialmente del mexicano común.

Muchos de los que resultarán afectados salieron escandalizados a reclamar la medida prometida, haciendo cualquier tipo de argumentación posible, ante el azoro de la población en general, la cual, mientras más defienden aquellos lo que dicen merecer, más sorprendidos y molestos queda el grueso de quienes a través del pago de sus impuestos mantienen los privilegios de funcionarios que realmente merecerían, en razón de sus salarios, vivir en el primer mundo.

Pero no es así, son funcionarios que cumplen con una misión, en razón del trabajo que les ha sido encomendado, el que se toque sus percepciones para que éste sea congruente a una realidad de un Estado que ha padecido de todo, y sólo por mencionar alguno de esos padecimientos, podemos contar con crisis económicas, escándalos, saqueos, persecución de verdugos cínicos y desconsiderados con una comunidad que en pos de una democracia los eligió, para terminar siendo traicionados.

No señores, no es por poner en duda sus capacidades, deben tenerlas y éstas, deben ser bien remuneradas, sólo que no pueden ser exorbitantes. El escándalo nace a partir de la gran diferencia con respecto de lo que ganan todos los demás, con lo que gana un selecto grupo en un país tercermundista, pobre o en vías de desarrollo o póngale el nombre que desee.

Porque, si puede caber alguna comparación, ésta quedaría infinitamente desproporcionada, y para ejemplos hay muchos, y la lógica para la mayoría de mexicanos está situada en la percepción de que la primer figura de un país, y por ende, la que más debe ganar, es la de Presidente, pero ahora, lo que muchos sabíamos pero no era del dominio público, o tal vez, por la indiferencia que mucho tiempo alejó a los ciudadanos de sus representantes, llegó a valerles madres, porque la información es obligada y su publicación es del dominio público.

Es inconcebible que alguien en este país pueda ganar más de trescientos mil pesos mensuales, pero eso no es todo, aparte, porque sí es aparte, las prestaciones que reciben, como si no fuera suficiente la cantidad que se les paga, que a final de cuentas, hasta resulta ser intocable, pues no necesitarían, en caso de quererlo, gastarlo, sus privilegios abarcan gastos médicos mayores, telefonía celular, dieta, gasolina, apoyo para cualquier tipo de cosa que se les pueda ocurrir, lo que representa un salario no únicamente bastante generoso, sino insultante para el ciudadano de a pie.

Y es precisamente en donde hay que señalar que la comparación es aplastante, un profesionista con suerte llega a ganar alrededor de diez a veinte mil pesos al mes, y si se prepara mejor, hasta, tal vez, treinta mil pesos, y sólo para hacer una pequeña comparación, hay diputados que eso lo gastan en menudencias, sin embargo, mencionar nombres sería ocioso, pero muchos de ellos no terminaron siquiera la secundaria, y no digamos de lo que percibe un obrero, un policía, o un campesino.

Ahora, quién asumirá el cargo del jefe del ejecutivo planea hacer una serie de ajustes en salarios, en prestaciones y en gastos ostentosos, y eso ha siido aplaudido por el pueblo, que para cuestiones prácticas, lo dio a conocer el primer domingo del mes de julio pasado, quien entendió bien, y quien no, pues también, se trata de algo que sí puede calificarse como una verdadera justicia social.

AMLO ha puesto la medida, nadie puede ganar más de lo que gana el Presidente, alrededor de 108,000 pesos mensuales, los altos funcionarios se encuentran indignados, porque alegan que tienen que hacer un trabajo de una manera correcta, eficiente y sin preocupaciones y más de uno a dicho encarecidamente que lo merecen.

No se hace menos el trabajo especializado y de alta importancia, sólo que, ese, como cualquier otro, debe ser digno y justo, es obligada la pregunta ¿es justo para la mayoría de la gente del pueblo, que lo que se les paga sea exorbitante? Sólo es pregunta.

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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio