Instalado en el poder en medio de terremotos generados por la naturaleza, a un año de administración el gobierno estatal encabezado por Alfredo del Mazo enfrenta los movimientos telúricos que se han dejado sentir también en diversos rubros, tanto en materia de seguridad y economía, principalmente.
Igual sucede en el ámbito político con la nueva configuración en el Congreso Local y las alcaldías de mayor peso económico, político y social en la entidad, mayoritariamente en manos de Morena como consecuencia del “efecto Andrés Manuel López Obrador”, temblor que ocasionó un tsunami de mayor impacto que el del año 2000, con el “efecto Fox” y el ascenso del PAN.
En esas condiciones y a punto de cumplir un año al frente del Poder Ejecutivo del Estado de México, el gobernador Alfredo del Mazo Maza rendirá el próximo viernes el respectivo informe de gobierno. En la agenda está prevista la presencia del presidente Enrique Peña Nieto.
Lo que se espera de este evento es, primero, un acto austero, sin parafernalias, pero sobre todo realista en torno de la situación imperante en la entidad y lo que se está haciendo por contrarrestar los principales problemas, esos que más afectan a los ya casi 17 millones de habitantes.
La inseguridad, con una actuación creciente de diversos grupos del crimen organizado, sobre todo en el Valle de México en sus zonas Nor-Oriente y Oriente, no figura entre los temas primordiales de los ciudadana por mera casualidad o entretenimiento.
Por ejemplo, los asaltos al transporte de pasajeros ha ido en ascenso, mientras algunas organizaciones de esas zonas se muestran reacias a instalar equipos de seguridad y a regularizarse, no colaborando para reducir el impacto. El gobierno está haciendo lo suyo con base en la ley, y se podrá avanzar en la medida que haga valer su autoridad y no ceda a presiones ni chantajes.
Ese es un punto vital en la estrategia, igual con los grupos de huachicoleros que tienen asolada esa región, sobre todo el Valle de Teotihuacan, donde poblaciones enteras se dedican a eso, como en Otumba, Axapusco y buena parte de todo ese corredor que alcanza Ecatepec, Tezoyuca, San Salvador Atenco, Tepetlaoxtoc, Chiautla, Acolman y otros. Los grupos de extorsionadores es otro tema igualmente importante, similar al de los grupos dedicados a la venta de droga.
Hay mucho qué hacer en el tema de seguridad y el gobierno está obligado a dejar a un lado los buenos propósitos y actuar con firmeza, como está sucediendo en el caso del transporte público. Ya se verá si lo informado el próximo viernes tiene correspondencia con los hechos.
En cuanto a la economía y no obstante la inseguridad, algunos indicadores presentan signos alentadores, como la captación de Inversión Extranjera Directa durante el año 2017, con 3 mil 905 millones de dólares, lo cual supuso más empleos y permitió al Estado de México colocarse como la segunda entidad en el país receptora de esos recursos.
Empero, el fenómeno de la pobreza y de la desigualdad, con casi la mitad de la población en situación precaria, se presenta como uno de los retos más formidables, el cual podrá atenuares en la medida en que haya una estrecha colaboración tanto con el nuevo gobierno federal como con el nuevo Congreso local.
De un lado, habrá que ver qué tanto y cómo se modifica la política económica de las últimas décadas; también, ver cómo se coordinarán los esfuerzos entre el gobierno estatal y la futura coordinadora del gobierno federal, Delfina Gómez Álvarez, actual senadora, para la obtención de recursos y su aplicación.
A eso hay que sumar las eventuales modificaciones a los presupuestos por parte del Poder Legislativo, en manos de Morena, y ver hasta dónde habrá voluntad para co-gobernar en bien de los mexiquenses, o si será un dique para sembrar de bombas el camino de la gobernanza.
Por lo que se ha visto hasta ahora, el gobernador y sus colaboradores, igual los integrantes de la fuerza mayoritaria en el Congreso local, están por dialogar y colaborar. Ojalá esto vaya más allá de las buenas intenciones y se superen incluso etapas de contiendas electorales.
Por lo pronto, está claro que el primer informe impondrá nuevos esquemas de presentación, con rendición de cuentas conforme a la realidad y el bosquejo de lo que es y será la flamante configuración del mapa político.
