Siempre es lo mismo con cada cambio de gobierno

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Siempre es lo mismo con cada cambio de gobierno

Miércoles, 19 Septiembre 2018 00:06 Escrito por 
Siempre es lo mismo con cada cambio de gobierno Foto: Especial

La arrogancia es característica de los flamantes representantes electos en cada contienda electoral, y de la misma manera, de los nuevos empleados de la burocracia, sin que el comentario contemple a los que de alguna manera han logrado, en base a su esfuerzo, aprendizaje y constancia, un lugar por méritos propios, tal vez apoyados en el servicio civil de carrera, pero ellos son quienes a final de cuentas, terminan haciendo el trabajo.

Porque habrá que aceptarlo o no, pero muchos llegan para aprender, y de ¿quién cree Usted que van a aprender? Si, en efecto, de los que tienen conocimiento y experiencia de la forma en la qué hay que hacer el trabajo y cómo se deben resolver los conflictos que se presentan todos los días.

Pero, ¿cuáles son los argumentos válidos por los que, tanto políticos como empleados de alto nivel llegan al poder?, me gustaría decir que es en base a exámenes de conocimientos y aptitudes, pero no, es innegable que muchos, sobre todo, en áreas de elemental importancia deben tener conocimiento de lo que será su responsabilidad, pero, otros no tienen ni la menor idea, ¡ha!, pero eso sí, ganarán tanto como lo que el cargo amerita.

No está de más señalar que en nuestro país se han sentado las bases para el servicio civil de carrera, en específico, el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su apartado “B”, determina que la designación del personal se hará mediante sistemas que permitan apreciar los conocimientos y aptitudes, con lo que los trabajadores gozarán de derechos de escalafón a fin de que los ascensos se otorguen en función de los conocimientos, aptitudes y antigüedad. Sin embargo, corren el peligro de perder su trabajo con el recorte anunciado por el próximo ejecutivo, o encontrarse con limitantes para alcanzar el derecho referido.

Ahora bien, dejando en claro estas pequeñas particularidades, vayamos al tema, tanto los representantes del pueblo, como los empleados de gobierno de alto nivel, llegan alardeando de posiciones y de conocimientos, e intentan demeritar a los que estuvieron antes en su lugar, en época diferente, y no se cansan de decir que ahora sí llegaron los que saben, que aplicarán la ley, que no habrá excesos y muchos etcéteras.

Un nuevo gobierno, de cualquier partido político, eso no tiene nada que ver con el comentario, presume saber cómo deben hacerse las cosas y prometen, y a veces prometen de más, lo malo, es que los golpes que recibe su escandalosa presunción los hacen entrar en razón, pero, cuando esto sucede, ya van a medio camino, y entonces, es cuando intentan enderezar el rumbo.

Y estas condiciones son las que dañan más al pueblo, al ciudadano que paga sus impuestos, y quienes un sexenio sí y el otro también, se ven decepcionados, no basta con que los gobernantes sean bien parecidos, o aparenten inteligencia, o tengan la cara de buena gente, siempre hay los pendientes que no se cumplieron, o quedaron a medias.

Promesas como: ahora sí habrá justicia social, y empleos, más y mejor pagados, se acabarán los privilegios, mejorará la seguridad, México será del primer mundo, todos seremos felices, nos amaremos y no habrá más pobreza, así, con descaro, como si todo se resolviera con una varita mágica, y el pueblo, esperanzado en ver que las cosas mejoren, se inclina por uno o por otro, y ¿el resultado? Al final del sexenio siempre le está mandando la madre al que se va, por no haber cumplido con todo lo que prometió.

¿Culpa del pueblo por haber elegido de entre las limitadas opciones? O ¿del sistema? Inventado por cierto, por los que han conservado el poder por muchos años, porque es una verdad tan grande como lo es este país, son los mismos de siempre, muchos de ellos con otros colores, pero, ¿en donde está el cambio?, ¿ese cambio que suspira el ciudadano común algún día obtener?

Pero, ¿es verdad que los que gobernarán saben más? ¿Que tienen la solución a todos los problemas?, y los anteriores en verdad, ¿son una bola de inútiles que no supieron gobernar?, no nos ceguemos por las promesas, “de lengua me como un taco” dice un refrán, ¿no sería mejor valorar lo que hicieron bien gobiernos anteriores?, señalar con respeto lo que faltó y ¿tener un plan para solucionarlo?

Cada gobierno intenta dejar huella, eso no es malo, lo que sí es molesto, es aparentar un interés legítimo de impulsar sólo el desarrollo del país, para que a un gobierno o personaje se les recuerde por sus obras, como si los ciudadanos tuviéramos la obligación de agradecerlo, ¿qué no es por lo que se les paga? Un lugar en la historia y en el corazón de México lo obtiene quien se ha ganado el respeto y admiración de su gente, no por exigirlo, sino por conquistarlo.

Lo peor de todo, es que siempre resulta ser el pueblo el que sufre lo que no se logró, y en muchos casos, ni se logrará, como la pretensión, casi de insulto, de este gobierno que está por iniciar, de acabar con la inseguridad en un “tris”, acabar con la corrupción, sólo porque así lo dice el nuevo ejecutivo, tener un gobierno austero para que alcance para cumplir con las ambiciosas promesas de campaña, quitarles a los que ganan más, para que los de abajo ganen mejor, y así una repartidera de dinero, para que ahora salga con que México está en “Bancarrota” que conveniente, porque además, para esto ya tiene culpable.

Es el tiempo, el que finalmente, pone a cada quien en el lugar que le corresponde, y la historia contará lo que tenga que contar, la magia para resolver las cosas no existe, magia sería que sin condiciones los representantes y gobierno se pusieran a hacer su chamba, sin esperar agradecimientos o monumentos, eso es narcisismo odioso e insoportable.

 

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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio