Estado de México
Hace poco más de dos años comenzó la pesadilla de Rosalinda, originaria de la región mazahua del Estado de México, una sobreviviente de la violencia feminicida que resultó tras una escalada de agresiones por parte de su expareja sentimental, el punto más álgido fue cuando su agresor, además de violentarla física, emocional, económica y sexualmente, intentó asesinarla con un machete.
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De acuerdo con cifras de la Secretaría de las Mujeres, en lo que va del año se han atendido a más de 450 mujeres en los refugios y una de cada 10 estuvo en riesgo de ser víctima de feminicidio.
En el caso de Rosalinda, todo comenzó cuando al llevar a pasar a las borregas de su abuela, este hombre se la robó, la llevó a una casa abandonada, donde la encerró, sin comer, ni beber agua.
Platicó que el día que pretendía matarla, el señor regresó sumamente ebrio, lo fueron a dejar unos conocidos, se durmió, y al despertar comenzó a insultarla, la sacó de la casa, la jaló del cabello, la tiró en el pasto.
“Yo estaba abajo, él estaba arriba, pero yo lo empujé, yo traté de escapar, iba yo a la casa del delegado, pero no alcancé a llegar, me abracé un palo, lo abracé con fuerza, pero me alcanzó y fue cuando me dio el machetazo”.
Con una herida en la cabeza, la entonces pareja de Rosalinda la arrastró de regreso a casa, la dejó sin atención médica tres días.
“Me dijo, ¿cuánto va a que te voy a matar y de tu familia nadie va a saber de ti, te voy a ir a tirar en las barrancas que te coman los perros?”
Afortunadamente, a Rosalinda la salvó la médica que le atendió la herida y la canalizó a un Refugio de la Secretaría de las Mujeres, ahí vive con su hijo.
Por su parte, Hilda Garibay Aguilar, Coordinadora del Refugio, señaló que en el refugio reciben a mujeres en situación de violencia, a sus hijas e hijos, se les da una atención integral a través de un equipo multigrado que consta del equipo administrativo, también hay un equipo de especialistas, todos profesionistas, de psicólogos, trabajadoras sociales, de abogados, de psicología infantil, para atender a las mujeres, a sus hijos e hijas en situación de violencia.
Angélica Arroyo González, Subdirectora de Espacios y Mecanismos de Refugio Edoméx, explicó que, actualmente, en la entidad hay 10 de estos espacios seguros, confidenciales, para resguardar a estas mujeres víctimas de violencia.
Desde que Rosalinda fue rescatada del círculo de violencia, su vida y la de su pequeño cambió, dijo que “antes, cuando llegué ahí, no podía dormir, en mi sueño yo lo veía que pasaba por ahí”.
En agosto, su expareja fue detenido por feminicidio en grado de tentativa, mientras que Rosalinda sigue en el camino de sanación física y emocional, ha aprendido a leer y a escribir, además de repostería.
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