Toluca/Estado de México
Rocío Álvarez Miranda, Investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex denunció falta de capacitación y corrupción por parte de las autoridades encargadas de atender a víctimas de violencia de género, así como el avance en la emancipación de la mujer, causas en el alza de feminicidios en la entidad.
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Consideró que este delito es un tema multicausal ya que pese a las dos alertas en 11 municipios por feminicidio y desaparición, la cifra de casos y de violencia sigue creciendo, lo que demuestra que algo no está funcionando con el tratamiento que dan al tema las autoridades.
De enero a septiembre de este año, Chimalhuacán, Ecatepec de Morelos, Atizapán de Zaragoza, Chalco y Toluca se posicionaron como los cinco municipios con mayor número de feminicidios en la entidad mexiquense, lo que ubica al Estado de México en el primer lugar con más casos que se han cometido en el país, por encima de Veracruz y Nuevo León con 438 feminicidios.
En nueve meses se han abierto 72 carpetas de investigación por el delito de feminicidio en la entidad, cifra que, de acuerdo con la investigadora, lo único que destaca es el poco trabajo que realizan las dependencias encargadas de prevenir y erradicar dicho delito.
Precisó que, las diversas causas que al parecer influyen en la comisión de dichos asesinatos están el proceso remanente de emancipación de las mujeres en muchos ámbitos, y la violencia suele suscitarse en un contexto de control de las mujeres de manera que estos actos violentos previos al asesinato de las mujeres, se dan más cuando hay un acto de rebeldía de ellas.
Afirmó que, entonces, a mayor emancipación, mayor violencia porque el proceso en que se mueven se basa en el control de ellas en diferentes niveles.
De acuerdo con cifras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) permanece el 2 por ciento de casos que llegan a una sentencia condenatoria, lo que habla de impunidad, es decir, parece que pueden hacerle a una mujer lo que sea sin que sean encarcelados y muchos de los feminicidas queden en libertad, vuelvan a replicar la conducta o muchos casos queden impunes.
Asimismo, afirmó que la violencia ha crecido, pues actualmente el 60 % de los casos de feminicidio, el culpable es alguien conocido de la víctima como la pareja sentimental, primos, hermanos o los propios padres.
“Tiene que ver con cómo aprendemos a relacionarnos con nosotros y cómo, después del proceso post pandemia, las relaciones familiares se han desestructurado y llevan al feminicidio”.
Lamentó que sigue habiendo un esquema de falta de atención adecuada por parte del Ministerio Público a las víctimas cuando van a denunciar a sus agresores, así como corrupción al momento de ejecutar las órdenes de protección; es insuficiente la vigilancia porque los mecanismos no funcionan como deben gracias a la falta de sensibilidad, existe poca empatía por parte de las víctimas y es así que no se está haciendo lo adecuado, pues las autoridades encargadas de ejercer estos esquemas no se lo toman en serio.
La especialista expresó que, por ejemplo, la configuración de las policías de género es arbitraria ya que, si bien se crea la unidad, no hay manuales de intervención ni procesos adecuados para intervenir, incluso a veces se desconoce cuándo o cómo deben actuar los elementos, además llegan a generar revictimización e incertidumbre.
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Las policías de género – opinó – están fallando desde su capacitación hasta en su operación y los alcances que deben tener, ya que cuando no tienen clero se pueden hasta abandonar a las víctimas, muchos de ellos llegan a hacer contacto con víctimas y estas policías dan un mal tratamiento.
