Toluca/Estado de México
Al interior de una habitación simple, sin lujos, fue velado el cuerpo de Benito Dávila Villafaña, oficial de la Secretaría de Seguridad del estado abatido junto con otros dos compañeros en días pasados en el municipio de Almoloya de Alquisiras.
Este miércoles, los más fieles compañeros acudieron a despedirlo al panteón municipal de Toluca, le lloraron e hicieron guardia de honor. Como todo un héroe.
Sin embargo, la corporación por la que entregó su vida, sólo le entregó una corona de flores a la familia. No hubo más.
“No es justo sólo una hermosa ceremonia y las coronas que le mandó la Secretaría de Seguridad y el acto de presencia que hicieron los altos mandos. No remedian nada”, acusaron los vecinos del oficial caído, quien es oriundo de Toluca.
En el domicilio de la calle Lago de Coyuca, en la colonia El Seminario, hubo luto. Benito dejó una familia que lo miraba como pilar. Por el momento no hay fuerza para denunciar, sólo para despedirlo.
“Me gustaría que hicieran un reportaje y dijeran a las autoridades correspondientes para que se les dé más armamento y en buenas condiciones, al igual que las patrullas y camionetas. Y se les prepare mejor desde que están en el colegio”, reclamaron sus amigos.
HECHOS
El domingo 28 de octubre, alrededor de las 15:00 horas, en el camino de terraceria de la comunidad Sexta Manzana, en la parte alta de Almoloya de Alquisiras, en una emboscada ejecutada por el crimen organizado, Benito y otros dos compañeros identificados como Jesús Jair Rojas Pichardo y Fernando Velázquez Mejía, perdieron la vida.
Horas más tarde, se difundió un comunicado en el que la titular de la SSEM, Maribel Cervantes Guerrero, reprobaba el acto. La versión oficial hasta ahí quedó. No hay más.