Toluca
Sin avances en la aportación de pruebas por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) que consoliden la participación de una persona más en el feminicidio de Verónica Guadalupe Benítez Vega “Lupita”, quien fue golpeada y apuñalada 17 veces en el cuerpo el pasado seis de julio en el municipio de Nicolás Romero.
Juanita, hermana de la víctima, denunció frente al Ministerio Público que la señora Erika Arellano, de la subprocuraduría para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género, ignoró la solicitud para exhumar el cuerpo de Lupita, pues los familiares desconfían de los resultados de genética aplicados a los cabellos que fueron encontrados en las manos de su hermana al momento de morir.
“Nos dicen que le pertenecen y eso es falso porque no sólo son de otro color al de mi hermana, sino que ella tenía el cabello muy largo, esos que fueron encontrados son cortos.
Además, es ilógico que ella misma se arrancará el cabello, presumimos que lo hizo al defenderse del ataque”.
Indicó que restan muy pocos días para que cierre el periodo concedido por el juez para la presentación de pruebas que fue de 90 días.
“Queremos que sean procesados todos los responsables de la muerte de mi hermana, no es justo que por falta de elementos queden en libertad personas que pueden haber participado en los hechos. Incluso hay testigos que pueden demostrar que ella fue víctima de violencia no sólo por parte de su esposo, sino de su suegra”.
Recordó que los hechos ocurrieron en la colonia San José El Vidrio, municipio de Nicolás Romero, cuando Luis Ángel Reyes (esposo de la víctima), presuntamente la golpeó y apuñaló. A la víctima la hallaron envuelta en una sábana que cubría su torso y cuello. La cabeza fue masacrada a golpes al punto de la desfiguración, degollada y su cuerpo destrozado, además con un golpe en su rostro que le produjo un traumatismo craneoencefálico severo.
El imputado fue procesado por este caso en un juzgado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, aunque "la Fiscalía en Tlalnepantla se ha negado a realizar cualquier tipo de investigación en este caso”. Incluso Juanita Benítez Vega recordó que el día del juicio en contra del ex marido de su hermana fueron amenazados de muerte pero no pudieron establecer una denuncia porque en la entidad el delito no existe.
“Tenemos miedo porque ahora no sólo está con nosotros mi sobrino de seis meses, hijo de mi hermana, sino mis dos hijos. Para insistir sobre la investigación adecuada por parte de las autoridades debo salir y dejarlos, me da miedo que si eso hicieron con ella, que es mamá de su hijo, lo que puede pasarle a mi familia”.
"Se niegan a realizar el cateo dentro del domicilio donde ella vivía con su esposo y suegra, pero en la escena donde fue localizado su cuerpo no había rastros de sangre, sólo en la ropa de su esposo".
Dejó vivo un bebé de tres meses, “junto a ella yacía mi sobrino, y fue María Gabriela (suegra de la víctima) quien presuntamente se lo quitó de los brazos cuando la hallaron sin vida, pero no fue llamada a declarar. El día que fue asesinada, pudieron hablar con ella horas antes, les avisó que dejaría la comida de su esposo hecha para poder salir a la universidad, pues era estudiante de Bioquímica Diagnóstica en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán Izcalli de la UNAM.
Narró que el día del feminicidio encontraron a Luis Ángel con la ropa llena de sangre, y en la mano derecha sostenía cabellos de la víctima. "Sabemos que él intentó decir que un sujeto quiso robarle al niño, pero nunca hubo testigos al respecto, la Fiscalía no entregó la prueba de genética de esos cabellos y la sangre o piel en las uñas de mi hermana, porque se defendió del ataque, fue lapidada con odio y un secuestrador no haría eso".
