Toluca/Estado de México
Los cuerpos sin vida de los hermanos Zahid y Maximiliano, de tres y cinco años, además el de Ely Naranjo y su hijo Joshua, fueron localizados a las 20:00 horas del martes en el Servicio Médico Forense. Todos murieron en el accidente de autobús en la carretera México-Toluca pero nadie notificó a sus familiares que yacían en el Semefo, lamentó Liliana, madre y hermana de los fallecidos.
Ellos son solo cuatro de los ocho guerrerenses que murieron en el accidente, a quienes el gobierno estatal les ayudará con el sepelio en sus lugares de origen. En total en esa unidad viajaban entre 11 y 13 habitantes de Guerrero, aunque las autoridades de ese estado todavía no logran localizarlos a todos.
Vestida apenas con una chamarra que la cubre del frío en Toluca, se esfuerza por mantenerse cuerda mientras narra la tragedia que enfrenta su familia, pues sus hijos, su hermana y su sobrino perdieron la vida debido a la volcadura provocada por un conductor de apenas 24 años de edad, que se quedó dormido mientras conducía.
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“No me explico por qué, por qué mis hijos tuvieron que morir así”, cuestiona con gran dolor. Ella y su esposo Utsel acudieron a la funeraria Valparaíso para elegir los féretros donde velaron anoche a sus hijos, pues inicialmente la empresa Estrella Blanca, propietaria del autobús siniestrado de Futura Select, les dio la opción de unas cajas para adulto, que no se ajustaban a las edades de los niños muertos en el accidente vial.
Liliana, mamá de los dos menores muertos, platicó que hace unos días su hermana Ely Naranjo de 40 años de edad viajó para visitar a sus padres que viven en Puerto Vallarta, acompañada por su hijo menor de seis años de nombre Joshua, además de sus tres sobrinos Zahid, Maximiliano y Zoé, de nueve años de edad. Para alcanzar el camión en la terminal Papagayo de Acapulco, tuvieron que correr, pues llegaron 06:18 y salían a las 06:15, así que casi los deja.
Esa fue la última vez que toda la familia se vio junta, pues fue a las 08:00 de la mañana que Liliana y su esposo vieron en la televisión la noticia sobre un accidente en la carretera, pero “no creíamos que ahí viajaban nuestros hijos”; más tarde supieron que una persona buscaba a los padres de la niña Zoé Isabel, hospitalizada en Toluca, fueron entonces a preguntar en la Terminal de Autobuses y cerca de las 10:00 de la mañana les confirmaron que sus familiares se habían accidentado en la carretera.
“Venimos a Toluca en nuestro auto, anduvimos por todos los hospitales preguntando, hubo mucha gente que desinteresadamente nos ha ayudado, nos orientó a dónde ir, con quién preguntar. Estuvimos buscando a los niños, hasta que a las ocho de la noche los encontramos en el Semefo”, dijo Liliana.
Ya en la capital mexiquense no supieron la lista de los lesionados y los fallecidos, no hubo autoridad que les diera esa información, por lo que peregrinaron por todos los hospitales para localizarlos, con la esperanza de que estuvieran vivos. “Pero no fue así, encontré a mi hijo de cinco años sin la mandíbula, sin los dientes, su cara estaba casi desfigurada y estaba lleno de moscas, a mi niño de tres años, casi no pude reconocerlo”, lamentó.
A ello se sumó que la empresa Estrella Blanca se rehusó a hacerse cargo de los gastos de hospitalización, de Zoé, que requiere cirugías de reconstrucción, pues su cráneo está partido a la mitad, y perdió un ojo.
“Nos dicen que paguemos y guardemos los ticket de lo que gastamos, que ellos después nos lo reembolsan, pero nosotros no tenemos dinero para nada y a ella la tienen que trasladar a la Ciudad de México”.
Aunado a esto, el conductor está prófugo de la justicia, no saben dónde está, los sobrevivientes les platicaron que el joven conducía a exceso de velocidad y con música en un volumen muy alto, le pidieron que lo apagara, y entonces comenzó a dar volantazos en la carretera, pues se quedaba dormido, hasta llegar a la curva en la Escondida, donde ya no pudo controlar la unidad y volcaron.
“Nos relatan que todos los pasajeros del lado izquierdo cayeron sobre los del lado derecho, las maletas, sus pertenencias, los cristales rotos, la mayoría quedó en el asfalto, incluso unos malheridos pudieron haber sobrevivido pero las ambulancias llegaron dos horas más tarde”, narró Liliana.
Para el padre de los dos niños fallecidos, lo urgente es la justicia, dar con el responsable de este accidente, pues aseguró que no quiere a cambio ninguna indemnización, porque eso no devolverá la vida de sus hijos. “El dinero para qué, mis hijos tenían una vida por delante, mis hijos eran unos niños”.