Toluca/Estado de México
Las desigualdades económicas, simbólicas, la falta de límites y atención por parte de los padres, además de una cultura de lo material son motivos por los que cada vez es superior la participación de niños y adolescentes en eventos delictivos, así como la crueldad con la que participan en ellos, consideró la especialista en Estudios para La Paz de la UAEMex, Natalia Ix-Chel Vázquez González.
En entrevista indicó que actualmente, los padres de familia están ocupados trabajando para llevar sustento a sus hogares, pero perdieron de vista la educación basada en los valores familiares, así como en una cultura del respeto hacia las autoridades, de modo que satisfacen la falta de atención con objetos que aparentemente les brindan otros incentivos, como pertenecer a esferas sociales.
En el Estado de México, los menores en zonas conurbadas con mayor índice de marginación y desigualdad son los sitios en donde prevalecen menores con dichas conductas, mientras que actualmente la Escuela de Reintegración Social para Adolescentes “Quinta del Bosque” alberga a 350 menores de los cuales 39 son mujeres, siendo el robo con agravantes el delito por el que son juzgados principalmente.
En días recientes, en Toluca fue aprehendida una banda compuesta por cinco adolescentes, dedicada a la distribución de estupefacientes, quienes además, podrían haber asesinado a dos mujeres, una de ellas Emily, una joven del municipio de San Antonio La Isla.
Para la especialista de la Universidad Autónoma del Estado de México, los padres tienen una gran parte de responsabilidad en los hechos en que se involucran los menores, pues no se dan cuenta de sus conductas y del entorno de desigualdad en el que se desarrollan, por lo que no les brindan herramientas para defenderse en la vorágine que enfrentan.
“Por ejemplo, en las zonas de alta marginación, las madres solteras les dicen a sus niñas que se acerquen a la telenovela para que aprendan y no les vivan las mismas condiciones que ellas vivieron. Es decir, no hay recursos educativos, hay una gran desigualdad entre las personas, hay quienes no tienen acceso a alternativas que les permitan mejorar sus relaciones sociales y familiares”.
Con base en datos del estudio Justicia para adolescentes en México, hasta el año pasado 16% de los delitos cometidos por menores infractores en el país corresponden a lesiones, mientras que daño a la propiedad y narcomenudeo se encuentran en 8% cada uno.
Sin embargo, ha incrementado la crueldad con que actúan los jóvenes, pues crecieron en un ambiente violento, cada vez más decadente y no existen alternativas para que salgan de esa estructura social, en donde obtener los objetivos materiales los hace sentir que pertenecen a un grupo.
En la entidad, la dirección General de Prevención y Readaptación Social y la Dirección de Prevención y Tratamiento de Adolescentes del Estado de México, cuentan con 22 Preceptorías Juveniles Regionales de Reintegración Social, en donde, de acuerdo con el Tribunal de Alzada del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, recibieron atención alrededor de 20 mil menores, desde su creación y hasta octubre de 2018.