Toluca/Estado de México
Desde el 2022, Elizabeth Ramírez comenzó con las denuncias en contra de su expareja, responsable de violencia física, verbal, económica psicológica y Feminicidio en grado de tentativa; Iram - el agresor- hasta el momento permanece prófugo de la justicia.
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De acuerdo con María Fernanda García Ramírez, todo comenzó hace dos años cuando la ex pareja sentimental de su madre, comenzó a violentarla por celos, al grado de enviarla a un hospital derivado de los golpes propinados en contra de Elizabeth, quien en varias ocasiones estuvo en riesgo de morir.
La última agresión a la que sobrevivieron, Elizabeth, María Fernanda y su novio, sucedió el 5 de junio de este año, cuando salían de su casa ubicada en Geovillas, municipio de Toluca, para asistir a una audiencia en donde se fijaría el monto económico como reparación del daño tras las cuatro denuncias por violencia que había establecido Elizabeth ante la Fiscalía para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género.
De acuerdo con María Fernanda, hasta su casa llegó Iram, quien, tras gritar el nombre de Elizabeth detonó un arma de fuego que le perforó un pulmón y le rompió la clavícula a María Fernanda, perforó la espalda de su madre, y lesionó en el rostro al novio de la joven, quien las acompañaba a los juzgados en Almoloya De Juárez donde se llevaría a cabo la audiencia.
Por estos hechos, María Fernanda estableció una denuncia por feminicidio en grado de tentativa y por el homicidio en grado de tentativa de su novio, Fernando N; sin embargo, reclamó que recibieron medidas de protección que sólo duraron dos días, no hubo ayuda por parte de las autoridades estatales, la FGJEM, ni la posibilidad de ser albergadas por parte de la Secretaría de la Mujer, aún si su vida está en peligro.
Los hechos que relató se encuentran contenidos en la carpeta de investigación TLA/FEF/FEF/104/166133/24/06, aunque ésta sólo es por las agresiones con arma de fuego, el resto de las denuncias “las tienen en el MP de la fiscalía de género, aunque no sé de qué sirven, porque parece que esperan a que nos mate para entonces ejercer justicia”.
La joven que aún tiene en su cuello y parte del pecho, las costuras tras las lesiones con arma de fuego y mantiene lastimado el brazo, contó que este señor “le quemaba los brazos y las manos con cigarros a su mamá, le jalaba el cabello y arrancó su cuero cabelludo, la golpeó hasta dejarla morada de las costillas, nada de eso bastó para que desde un inicio lo detuvieran y después sólo pagó y quedó en libertad”.
Acusó la omisión por parte de las autoridades, ya que su madre acudió varias veces a denunciar, pero al sujeto nunca lo aprehendieron, pese a que relataron los hechos, además su mamá mostró las pruebas de los golpes en las costillas, el sangrado de la cabeza - porque le arrancaba el cabello-, el intento de ahorcarla y las ocasiones que recibió atención médica, fue hospitalizada por golpes; sin embargo, nunca les brindaron medidas de protección.
El agresor fue detenido una vez y remitido al penal de Almoloya de Juárez pero pagó una fianza por 40 mil pesos y quedó en libertad. La audiencia continuaría el 5 de junio, se fijaría la fianza por reparación del daño, derivado de la violencia, el sujeto intentó persuadir a Elizabeth por teléfonos varios días antes de la audiencia, la amagó con asesinarla, descuartizar a sus hijas y nietos, no sólo para evitar el pago, sino para que ella retirara las denuncias en su contra.
El 5 de junio, Elizabeth y María Fernanda, se dirigían junto con el novio de ésta última hacia una audiencia en los juzgados de Almoloya de Juárez, iban a recibir la sentencia sobre el monto por reparación del daño, la cifra ascendería a 100 mil pesos.
María Fernanda relató que ahora deben vivir con miedo, pues el día de los hechos sus dos hijos estaban dentro de su casa, ellos al escuchar las detonaciones se lanzaron al suelo, “por fortuna, porque una de las balas entró por la ventana”.
Señaló que en su colonia, en Geovillas, una zona roja de Toluca, les han hecho un vacío, pues el agresor vivió en este sitio por varios años y los vecinos temen represalias, al grado de huir de ellas cuando las ven en la calle.
Debido a las lesiones, María Fernanda perdió el empleo, ella es bailarina y no ha podido salir a trabajar, sus hijos presentan secuelas psicológicas tras verla tumbada en el piso desangrándose y su mamá no logra ponerse en pie, derivado de una crisis nerviosa que no puede superar.
Señaló que en el kinder frente a su casa, le han pedido que agilice la detención del agresor, pues temen más hechos violentos y que los niños resulten heridos o ponerse en peligro. “No sé qué haremos, no podemos irnos, no logramos ni asomarnos a la puerta sin miedo a que él llegue de pronto o se aparezca”.
Comentó que su mamá ahora recibe atención psicológica, pero que la gravedad de la violencia escaló a grados que no ha logrado sanar fácilmente los daños, ya que incluso la obligó a dejar de trabajar, la mantenía encerrada en casa e incomunicada, pues de acuerdo con el diagnóstico, Iram tiene un problema de celotipia, es narcisista y aprovechó la vulnerabilidad de su madre para violentarla.
“Lo que pedimos es ayuda, porque parece que las autoridades esperaban vernos llegar con un cadáver o al borde de perder la vida para accionar. Ellos tienen todo para dar con el responsable de las agresiones, de los balazos, hay un video en el que se ve claramente como detonó el arma el día de los hechos y aún así, con todas las pruebas no lo detienen y a nosotras no nos ayuda nadie”, lamentó.
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