Una de las historias de terror más conocidas en el Estado de México es la que rodea a la famosa “Llorona” de la zona de Texcoco. Este relato ha sido transmitido de generación en generación, y muchos aseguran haber tenido encuentros aterradores con este espectro.
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La leyenda cuenta que La Llorona era una mujer que, desesperada tras perder a sus hijos en un trágico accidente, se lanzó al lago de Texcoco. Desde entonces, su alma en pena vaga por la orilla del lago, llorando por sus pequeños y buscando su redención. Se dice que las noches son especialmente aterradoras, ya que los lamentos de La Llorona pueden escucharse resonando a través de la oscuridad.
Habitantes de Texcoco han reportado haber escuchado el llanto desgarrador de una mujer durante la noche. Muchos aseguran que, al acercarse al lago, pueden ver una figura vestida de blanco que parece buscar a sus hijos entre las aguas. Aquellos que han tenido encuentros cercanos a esta figura han relatado una sensación de frío intenso y un miedo inexplicable que les ha paralizado.
Una historia en particular se narra sobre un grupo de jóvenes que, en una noche de verano, decidieron explorar las orillas del lago. Mientras se reían y contaban historias, comenzaron a escuchar un llanto que se hacía cada vez más fuerte. Intrigados y algo asustados, decidieron seguir el sonido. Sin embargo, al acercarse, vieron la figura de una mujer de cabello largo y desgreñado, vestida con un vestido blanco. Se encontraban tan aterrados que no pudieron moverse.
En un momento, la mujer se volvió hacia ellos, y el grupo se dio cuenta de que sus ojos estaban vacíos, sin vida. Ante este horror, los jóvenes huyeron despavoridos, asegurando que nunca volverían a acercarse al lago. Desde entonces, esa noche ha sido recordada como una advertencia de que la leyenda de La Llorona no es solo un mito, sino una realidad aterradora que persigue a quienes se atreven a ignorar su lamento.
La historia de La Llorona en Texcoco se ha convertido en un símbolo de advertencia y resuena con temas de pérdida y desesperación, consolidándola como una de las leyendas más escalofriantes del Estado de México.
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