Toluca/Estado de México
Álvaro de la Paz Zavala, es propietario de un negocio transforma los vehículos de combustible a eléctricos; sus costos oscilan entre 120 mil a 180 mil pesos, aunque son personalizadas y no hay un modelo estándar.
Propietario de un negocio ubicado en Metepec, considera que el uso de gasolina es costoso, ineficiente además de dañino para el medio ambiente aunque esta alternativa no es nueva.
“Hacemos un traje a la medida: primero determinamos con el cliente que autonomía necesita, diseñamos una opción a la medida de sus necesidades. Puede ir de los Volkswagen Sedan de los 130 mil pesos en adelante a otros que van de 150 mil en adelante, dependiendo qué tipo de auto es”.
Por el momento únicamente han logrado convertir 25 unidades, que consiste en retirar la motorización original de gasolina que es el sistema de enfriamiento, radiadores, mangueras, el sistema de combustible, tanques, línea, bombas para dar espacio a los componentes eléctricos.
Hay dos opciones de conversión: una es con baterías de plomo ácido líquido, parecidos a las baterías convencionales y son baratas; permiten caminar de 50 a 100 kilómetros. La otra es baterías de litio que ocupan la mitad del espacio, pesan la tercera parte, tienen el doble de potencia y cuestan cinco veces más.
El tiempo en que tardan es variable, porque el reto que impone cada caso es diverso, puede ser un par de semanas para desmontar y montar piezas, pero cuando se hace un diseño nuevo requieren alrededor de dos meses.
Los clientes son de uso particular e intensivo, pero los primeros son los más recurrentes, caminan menos de 50 kilómetros diarios, pero los de uso cotidiano, como un taxista no es tan viable.
Explicó que hace 12 años inició las pruebas con carritos de golf y ya que comprobó la funcionalidad de su proyecto, convino con un panadero la compra de unidades de desecho, adquirió tres que transformó una sola y tras hacer un diagnóstico, reparó lo necesario para después poder ponerlos en marcha.
“Al principio eran poco funcionales porque caminaban apenas a 30 kilómetros por hora, pero la verdad es peligroso, incluso si quieres entrar a una avenida riesgosa”, dijo.
Es así que comenzó con otras pruebas para hacerlas más rápidas; con un auto de deshuesadero logró cambiar el motor para que rindiera 90 kilómetros por hora, pero al intentar convertir su idea en negocio, el costo de las piezas impidió que a estableciera formalmente hasta que un interesado de Estados Unidos lo contactó para asociarse.
Explicó que Héctor Ruiz, su socio, logró mejores precios a nivel internacional, con la finalidad de obtener mejores costos, tres años después pusieron a funcionar el negocio, siendo un vehículo propio el primero en poner en marcha.
