Toluca/Estado de México
Como parte de la temporada del Día de Muertos, una heladería en Toluca inventó el nuevo sabor de pan de muerto y de flor de cempasúchil. Se trata de dos sabores distintos que se unen a una gama de 20 alternativas diferentes de nieves y helados, que buscan darle identidad a la capital mexiquense, pero con base en mezclas novedosas.
Brenda González, propietaria de la Heladería El Bigote Frío, localizada sobre la vialidad Morelos 712 B, dijo que apenas tiene dos años con este negocio que emprendió solo por el gusto de crear postres novedosos, que atraigan el interés de los consumidores y que se queden en la memoria de los visitantes de la ciudad de Toluca.
Ella es contadora de profesión, pero amante de lo dulce y por eso comenzó con una propuesta distinta de nieves que van desde jengibre y pulque hasta los de temporada, como el pan de muerto y la flor de cempasúchil.
“Tenemos postres como brownies, algunos acompañados con helado y galletas decoradas. En este mes les pusimos figuras de calaveritas, calaveritas de azúcar, algunos de esqueleto. La idea es ofrecer un producto distinto, que distinga esas opciones no tradicionales”.
Dijo que pese a que conservan los sabores básicos como fresa, limón y otros tres, el resto son distintos a todo lo que comúnmente se conoce en la capital mexiquense, por ejemplo en septiembre tuvieron pulque, pastel de elote y tequila. En temporada de muertos hay dos opciones completamente ligadas con las fiestas en las que se conmemora a los muertos. Explicó que a la par, en esta heladería trabajan de la mano con empresas emprendedoras, por ejemplo de entrega a domicilio, porque las existentes como Ubereats son extranjeras, mientras que las galletas las produce una amiga suya que incursionó en la elaboración de productos innovadores.
“Actualmente hay helado de pulque de mamey, a veces hay de fresas...siempre hay de pulque porque me encanta. Mi familia no se dedica a esta actividad, pero me encantan los postres y siempre hacía pay, cosas de chocolate, y haciendo un tour en la Ciudad de México probé cosas muy ricas y diferentes, entonces ahí surgió mi idea”.
Ella tenía como meta tener una heladería con sabores “raros”, además acompañados por algún postre, como el brownie, hacer conchas rellenas de helado, “todo lo dulce y delicioso, la base son los helados, pero implementar postres”.
Para determinar un sabor, primero lo come, le gusta el sabor y entonces se pregunta si es posible crear una nieve o helado de ese guisado. “Me ha costado, porque la gente no toda acepta los cambios, pero siempre me llegan clientes que quedan atrapados de los sabores novedosos”.
