Metepec/Estado de México
En Metepec, está casi lista la Ofrenda Monumental que instala cada año el gobierno municipal y que se acompaña de los altares que colocan delegados de los barrios del Pueblo Mágico, además de escuelas. Este año se trata de una catrina y una calavera de azúcar de 35 metros de largo, elaborada por el artesano Juan José María Hernández Fernández.
Originario de Huamantla, este artista realizó un colorido tapete que mide 35 por siete metros de ancho, que lleva frutas, maíz, caña, flor de Cempasúchil, granilla de mármol teñida, artículos de barro, pan de muerto y calaveras de azúcar.
A la par, vecinos de este Pueblo Mágico respondieron a la convocatoria que hizo el gobierno local para instalar altares en la escalinata de la Iglesia de El Calvario, en el corazón de esta localidad.
Se trata de varias piezas, cada una con temáticas particulares que son llamativas y que representan las raíces, la cultura y las tradiciones mexicanas.
Por ejemplo, destaca la colocada por estudiantes de arte de la escuela Hábitat, en donde instalaron con material reciclado piezas de entre dos y tres metros de altura, decoaradas con arte huichol.
Celeste Cortés, administradora del Centro escolar explicó que desde hace dos meses o más, los alumnos de dicha institución acudieron a varias empresas de reciclaje, con quienes conviene la reutilización de piezas consideradas como basura y que son útiles para dar vida a piezas hechas en honor a la muerte.
“Somos una escuela ambientalmente responsable, entonces lo que hacemos es visitar a empresas de reciclaje y alrededor de septiembre comenzamos a trabajar. Son estructuras de 3.60 metros de altura, elaboradas con diferentes materiales, entre ellas acero, porque los trabajadores hacen la parte de los bastidores y después el departamento de arte y diseño le dan forma”, explicó.
La cabeza o calavera que parece de azúcar mide 90 centímetros de altura por 1.50 de ancho y, es el tercer año consecutivo que la reciclan, pero en esta ocasión adaptaron todos los detalles a la cultura huichol. La ofrenda está por completo cercada por flores de cempasúchil y algo de nube, además de terciopelo.
