Toluca/Estado de México
Con la llegada del invierno también inició el arribo de las mariposas Monarca en tres de los cinco santuarios que componen la biósfera localizados entre el Estado de México y Michoacán. Hasta Piedra Herrada se esperan entre 20 mil y 36 mil turistas sólo este año.
Estos insectos vuelan hasta 4 mil 500 kilómetros desde Estados Unidos y Canadá para refugiarse en los campos de oyamel y algodoncillo en territorio mexiquense donde se instalan hasta el mes de marzo, cuando tras depositar sus huevecillos y desarrollarse, emprenden el vuelo de regreso.
Su presencia en la entidad atrae el interés de turistas nacionales y extranjeros, al grado que los ejidatarios en esta zona ubicada entre Temascaltepec y Valle de Bravo han conocido personas de casi todos los continentes.
“Siempre llegan a partir de la primera quincena de noviembre los visitantes, muchos europeos y norteamericanos que visitan también Valle de Bravo, el Nevado de Toluca, van a Malinalco… para nosotros es la mejor temporada del año”, platicó Rubén, uno de los guías de turistas.
Este paraje se encuentra en el pueblo de San Mateo Almomoloa, los ejidatarios son los encargados de atender, preservar y conservar la zona. Lo hacen mediante los programas que emprenden la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), de las secretarías de Turismo y de Medio Ambiente mexiquenses, los ayuntamientos.
Todos en conjunto tienen como objetivo mantener en perfectas condiciones la zona y los árboles de oyamel que servirán de hábitat para los insectos que colorean de amarillo, naranja, negro y tapizan el cielo mientras sobrevuelan casi dos horas de camino hasta el núcleo donde descansan.
Para los pobladores, esta es la mejor época, los contratan para guías de los turistas, también les permiten poner en renta a los caballos para los visitantes, hay un espacio para el consumo de alimentos e incluso souvenirs que realizan con la misma madera de los árboles.
En época de secas, recogen hongos de todo tipo, comestibles, mientras que en lluvias reforestan. El lugar, según los turistas es el mejor para sentir una experiencia única que no se asemeja a ningún otro recorrido incluso en paisajes europeos.
Los santuarios del Estado de México son los siguientes: El Capulín, en Donato Guerra; La Mesa, en San José del Rincón (aunque parte de esta biósfera se encuentra en Michoacán); y Piedra Herrada, en Temascaltepec, hasta donde llegan más de 200 mil visitantes cada año.
Jorge Rescala Pérez, secretario de Medio Ambiente subrayó que la entidad cuenta con 97 áreas naturales protegidas con una superficie de 987 mil hectáreas, dentro de éstas la biosfera de la mariposa monarca que representa 56 mil hectáreas, de las cuales 22 mil se ubican en la entidad.