Toluca/Estado de México
Frente al hospital del niño, localizado en Toluca, decenas de familias esperan a que sus niños recuperen la salud antes del 24 de diciembre; por ahora, algunos han pasado un mes, y otros dos semanas, durmiendo en casa de campaña y en medio de puestos informales que ocupan las banquetas.
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Las bajas temperaturas en la capital mexiquense no dan tregua, sin embargo, las familias no pueden regresar a casa, pues la mayoría son personas de escasos recursos que tendrían que desembolsar el costo de medicamentos, tan sólo en los pasajes para ir y venir desde sus comunidades.
Algunos dijeron que apenas pudieron entrar a dormir en el albergue hace una noche, ya que es insuficiente para la cantidad de las que duermen sobre la banqueta y en las que antes unos jardineras y que, ahora, dan paso para la instalación de casas de campañas.
“Tengo tres días aquí con mi nieto internado, pero no he podido entrar al albergue a dormir porque está lleno. El frío aquí en la banqueta es muy duro, pero no podemos irnos porque el gasto es mucho, y el dinero lo hemos ocupado en comprar las medicinas que en el hospital no hay”, dijo la señora Esmeralda.
Acompañada por dos hijas, que durmieron en el piso esa noche, comentaron que viven en Atlacomulco, no tienen vehículo ni dinero, no es posible invertir lo poco con que cuentan para pasajes de autobús y el trayecto hasta su casa implica más de dos horas, lo que hace imposible ir.
“Aquí tenemos que estar por los informes, pero no hay lugar en el albergue”, dijo Carolina.
Al hospital llegan organizaciones civiles para ayudar a la gente con café, pan, algo de comer y cenar, pero no todos alcanzan pues son muchas las familia que deben esperar.
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“Abre el día, por ahí de las 12:00, mientras a taparse con lo que haya. Nos han prestado plásticos y las casas de campaña se rentan también, no tiene uno que traerlas. Yo apenas ayer entré al albergue, porque se desocupó un sitio, pero tengo una semana acá y no se había desocupado nada”, comentó.
En Toluca, las temperaturas descendieron hasta los cero grados en algunas zonas, especialmente durante la madrugada y la sensación térmica es menor, por lo que la estancia en la acera hace todavía más duro resistir las condiciones del clima, coincidieron los familiares.
