Isidro Fabela/Estado de México
En los bienes comunales de Santiago Tlazala en el municipio de Isidro Fabela, se encuentra un espacio de cría natural de Ajolote de Montaña, especie proveniente de la Sierra de Las Cruces, que ayuda a mantener limpia el agua y única a nivel mundial, siendo estos comuneros encargados de su reproducción, pues requieren agua limpia para sobrevivir.
El ajolote tiene un tamaño aproximado de 15 a 20 centímetros, un periodo de gestación de 3 meses y un promedio de vida de 4 años. Es un anfibio capaz de regenerar cualquier parte de su cuerpo de manera natural debido a la composición de su ADN.
Víctor Ávila Akerberg, biólogo y académico de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), indicó que algunos comuneros se dedican al cuidado de la especie, que por la cría de trucha disminuye su presencia debido a que el ajolote de montaña se convierte en alimento.
Ávila Akerberg, confirmó que el anfibio tiene una forma muy parecida entre macho y hembra, sólo el tiempo en el que se reproduce presentan características como abultamiento en los anfibios machos, aspectos que los hacen candidatos de investigaciones a nivel nacional y mundial.
"Es solamente una vez durante el año cuando se da el periodo reproductivo de los ajolotes", dijo.
Los comuneros informaron sobre su interés para mantener este cultivo, toda vez que en algún momento podría ser de utilidad para la sociedad, anteriormente los antepasados le atribuían propiedades para aliviar el cáncer y otras enfermedades, característica que se estudia en los laboratorios. Por el momento existen cremas, además de pomadas con extractos del ajolote.
Explicaron que buscan mantener el criadero, alejado de la trucha por ser un peligro para la sobrevivencia de la especie, así como difundir el trabajo que llevan a cabo.
Este sitio se ubica en medio del bosque, de modo que a la par, emprendieron programas para la preservación de la madera y la naturaleza, Probosque los apoya con estudios para el aprovechamiento maderable y COnafor de prácticas de manejo forestal.
Además, los comuneros contrataron un ingeniero forestal que les dice cuáles son los árboles que deben retirar, los que tienen plagas, con malformaciones, algunos picados por aves que recurren a los árboles enfermos, para evitar plagas.
