Toluca/Estado de México
Alma Delia Monroy Peralta y sus tres hijos lo perdieron todo con el sismo del 19 de septiembre, su casa fue reducida a un montículo de tierra.
La joven jefa de familia narró que hace un año que vive en un cuarto sin servicios que le prestó su tía y a pesar del compromiso de las autoridades municipales del ayuntamiento de Toluca, no recibe ayuda para poner en pie su vivienda.
“Bueno, el día del temblor yo estaba con mis hijos en la casa, viendo la televisión cuando todo pasó y nos salimos. No me di cuenta de lo que estaba pasando, sino que mi hija señaló una de las bardas y nos percatamos que estaba muy falsa la casa, fue en minutos o segundos que se vino abajo”.
Dijo que su pantalla, la ropa, los sillones, todas sus pertenencias quedaron sepultadas por los escombros de la casa que le heredó su madre hace años, antes de morir, pero que no tiene registrada a su nombre, por lo que no puede acreditar la propiedad de su único bien.
Alma se dedica a hacer tortillas a mano, es una actividad que desarrolla para un negocio que la tiene contratada por las mañanas y entonces sale de su casa, ubicada en la calle Fray Servando Teresa de Mier, número 14 en San Pablo Autopan, trabaja un turno completo que abarca la mañana y parte de la tarde, después regresa a casa para atender a sus hijos.
Sin embargo, no es posible que con sus ingresos pueda iniciar la reconstrucción de lo que fue su casa, en donde habitó con sus hermanos y que según dijo su mamá puso en pie con mucho esfuerzo, porque ella sí era madre soltera.
En el caso de Alma, otro conflicto es que sus tres pequeños hijos de tres, cuatro y cinco años, apenas si tienen lo necesario para subsistir, pues aunque tiene al padre de sus hijos cerca, éste no aporta para el sustento de la familia.
“Cuando pasó todo fui con los delegados y les dije cómo fue que se cayó la casa, hay fotos de mi casa como estaba en pie, pero después me trajeron al alcalde y a la primera regidora, me dijeron que me iba a ayudar, pero no volvieron”.
A la fecha, Alma vive en un cuarto prácticamente vacío, un sillón destrozado y piso de tierra, sus hijos juegan sobre los escombros de la casa derruida, es tierra y algo de grava mezcladas.
Ella dice que son pocas las esperanzas que tiene de recuperar su vida, también es grande el temor porque la echen del lugar que actualmente habita, pues no es suyo y no paga renta, por lo que pide auxilio, para poder poner en pie su vivienda.
