La próxima Administración no debe renunciar a la justicia penal en el proceso de pacificación y seguridad en el país, coincidieron senadoras y senadores electos, funcionarios, académicos y especialistas, durante la presentación del libro “Sembradores de paz: Una reflexión colectiva para responder a la violencia”.
En el evento organizado por el Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, la senadora electa Nestora Salgado García, del Grupo Parlamentario de Morena, señaló que “sin justicia no puede haber perdón y no puede haber paz”.
Aseguró que la amnistía “no va a cobijar a los delincuentes”, sino a quienes han sido víctimas de injusticias o que se encuentran en la cárcel por delitos que no cometieron; además, dijo, desde el Senado se luchará por la libertad de los presos políticos, la reconciliación y la justicia de quienes han sido víctimas de violencia.
El senador electo Emilio Álvarez Icaza, de la Fracción Parlamentaria del PRD, afirmó que se requiere de un proceso de diálogo, de construcción del modelo mexicano de justicia transicional, pero no debe estar basado “sencillamente en perdón y ya”, pues “¿Cuánta impunidad cabe en el perdón?”, cuestionó.
“No podemos reproducir un nuevo pacto de corrupción e impunidad, porque sería envenenar la extraordinaria oportunidad que se ha abierto de un nuevo capítulo de transición de la democracia”, reiteró.
Jaime Rochín del Rincón, Comisionado Ejecutivo de Atención a Víctimas, manifestó que es indispensable “no renunciar a la justicia penal” y trabajar en procesos de reparación, de la verdad y en nuevos mecanismos de seguridad transicional en el país.
Aseguró que la política de atención a víctimas debe dejarse de ver en términos de competencias o que sea una sola institución la encargada, ésta debe transitar en un modelo en el que la víctima sea el centro; la justicia transicional, el camino y la pacificación del país el objetivo.
Froylán Enciso, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas, aseguró que en el proceso de amnistía, si alguien tiene que pedir perdón a las víctimas es el Estado, pero éste se colocaría al final de la impartición de justicia.
Durante la presentación del segundo libro, “Violencia y paz: Diagnósticos y propuestas para México”, la senadora electa por Movimiento de Regeneración Nacional, Imelda Castro Castro, comentó que la legalización de las drogas ayudará en gran medida a frenar la ola de violencia que se ha incrementado en los últimos años en nuestro país.
A decir de su compañero de bancada, el senador electo Martí Batres Guadarrama para hacer frente a la violencia de nuestro país hay que cumplir con una de las exigencias de la sociedad civil, abrogar la Ley de Seguridad Interior; así como analizar los temas de desaparición forzada, desplazamientos y tortura que, hasta ahora, se han visto limitados porque el Senado no ha ratificado ciertos protocolos y tratados internacionales.
Luis Raúl González Pérez, presidente de la CNDH, dijo que la paz es una condición necesaria e indispensable para que los demás derechos humanos puedan ser vigentes. La violencia, por el contrario, lleva implícita la negación de la dignidad humana.
La violencia y la inseguridad, la impunidad y la corrupción, así como la exclusión y la desigualdad, son los binomios que debemos atender y abatir, pues han afectado y configurado los términos de nuestra convivencia cotidiana en los últimos años, puntualizó.
En la primera parte de la presentación del libro, también participaron Sergio Aguayo, coordinador del Seminario sobre Violencia y Paz, Fernando Nieto, ambos del Colegio de México; en la segunda parte, la diputada electa del Grupo Parlamentario del PRI, Martha Hilda González Calderón.