El artista andaluz Antonio García Villarán llama HAMPARTE al resultado de la conjunción de dos palabras: Hampa – conjunto de maleantes, especialmente de los organizados en bandas y con normas de conductas particulares – y Arte, entendido como obras que venden ¨artistas¨ y compran otros.
La catalogación de Hamparte nace en un contexto histórico-social en el que el elitismo o esnobismo artístico de las altas esferas, insiste en elevar a determinadas obras y artistas a las capas más altas del mercado artístico, alejándose del plano puramente estético, para beneficio de los especuladores.
No es ningún secreto que en las últimas décadas el mercado del arte se ha convertido en un terreno ideal para el lavado de dinero negro, tal y como sostiene Thomas Christ, miembro del consejo del Basel Institute on Governance.
Ante esta situación, el término de Hamparte nace con un claro componente crítico y subversivo, que rechaza y niega las atribuciones de esta burbuja especulativa, en la que las altas esferas del hampa y las finanzas – interesadas en mantener el negocio – determinan lo que es y no es arte.
En consecuencia, García Villarán ha publicado el Manifiesto Hamparte, donde señala a través de siete puntos, cuando una obra debe ser catalogada como Hamparte. Hay que especificar que este movimiento no es una guerra contra el arte, sino que su razón de ser es crítica y pasa por el revisionismo de ciertos artistas noveles, pero también consagrados, que son habituales en subastas, museos y galerías.
MANIFIESTO HAMPARTE: DEFINICIÓN
1.- Si uno o varios objetos fabricados en serie y que además están a la venta en el mercado común son presentados como obra de arte es Hamparte.
2.- Si la obra consiste simplemente en la elección de un objeto (objet trouvé, found art o ready-made) que es convertido mágicamente en obra de arte por el hecho de colocarlo en un espacio expositivo cualquiera es Hamparte.
3.- Si no es necesario tener talento para realizar una obra como la que se muestra, si está llena de lugares comunes e ideas manidas, es Hamparte.
4.- Si el único valor que tiene la obra está sustentado fundamentalmente por un concienzudo texto teórico/filosófico/político que no encuentra su reflejo real en la obra, es Hamparte.
5.- La fantástica y mágica atribución de valores inexistentes a objetos que son comercializados en el mercado del arte con precios exorbitantes, es Hamparte.
6.- Un artista nunca se gana el derecho de ser artista. Tiene que demostrarlo continuamente. Aunque haya hecho una gran obra de arte, esto no significa que todo lo que haga sea arte. Puede hacer Hamparte consciente o inconscientemente. Si lo hace inconscientemente, será un hampartista puro. Si lo hace de manera consciente para evidenciar y denunciar lo que está ocurriendo en el mercado y en el mundo del arte, o bien por el simple placer de hacerlo, es un hampartista realista. Pero todas las obras que se creen bajo estos términos serán Hamparte.
7.- En definitiva, el arte de no tener talento es Hamparte.
En suma, los hampartistas resultan tontos útiles, que por medio de las galerías, las subastas y los museos que los consagran, sirven a los especuladores a cambio de compartir las infladas y sospechosas ganancias.
Y ante la pregunta, ¿QUÉ ES EL ARTE HOY DÍA?, puede decirse que una gran parte es...Hamparte.