Como siempre pasa en la política de los políticos de siempre, más de un alcalde, diputado, delegado o regidor, ya se han aprovechado de la crisis generada por el desabasto de gasolina, para ofrecer soluciones a corto plazo.
Estas declaraciones no obedecen más que a su intento de sacar raja política de la situación y qué lástima, porque muchos mexicanos se han creído las falsas promesas de la pronta llegada de combustible, pese a que los días van y vienen y no hay indicios de que la oferta pueda materializarse.
El ejemplo claro, la capital mexiquense, cuyo alcalde prometió hace una semana que pagaría el traslado de las pipas de Pemex para abastecer las estaciones del casco urbano.
La medida de inmediato fue aplaudida por propios y extraños e, incluso, reprocharon que ni el gobernador Del Mazo ni otros alcaldes replicaran la decisión.
Sin embargo, para algunos este 'maravilloso' anuncio nos pareció fuera de contexto (por atribuciones legales), inviable financieramente para la comuna municipal, y sobre todo, ávido de protagonismo y aplausos.
Es la fecha que Toluca padece del desabasto, aunado a que derivado de dicho anuncio, habitantes de municipios vecinos buscaron en la capital la opción para llenar sus tanques, generando filas de espera aún más grandes.
Mal por los políticos generar este tipo de expectativas, pero mucho peor para sus asesores; en épocas de crisis no se debe dar pie a la especulación y mucho menos al protagonismo político partiendo de necesidades sentidas de la población.
Los gobiernos deben actuar con frontalidad y honestidad para dar certeza a la población, no repartiendo culpas, sino asumiendo responsabilidades de acuerdo al marco legal y al techo de atribuciones correspondientes.
Mejor en Metepec, donde aparentemente hay menos colmillo, la alcaldesa Gamboa fue tajante al declarar que el municipio no pagaría el traslado de las pipas, al igual que los municipios de Lerma y San Mateo Atenco, que se mantienen en espera de que la gasolina fluya, pues su ausencia tiene detenido a gran parte de su parque vehicular, reduciendo su margen de respuesta de servicios públicos como la recolección de basura, etc.