Entre los múltiples textos que ha publicado el destacado jurista Ulises Schmill nos interesa su obra: LA CONDUCTA DEL JABALÍ. Dos ensayos sobre el poder: Kafka y Shakespeare, editada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en 1983.
Los dos ensayos contenidos en ese libro se encuentran unidos por un tema fundamental: el análisis del poder. Para ello, el autor ha escogido dos obras literarias: un cuento de Kafka y una tragedia de Shakespeare.
El método es heterodoxo, pero posee el atractivo de que los conceptos que se utilizan en dichos análisis encuentran una representación intuitiva, obtienen una imagen visual que sólo dos escritores tan grandes como Shakespeare y Kafka han sido capaces de crear.
¿Estudió Leyes Shakespeare? He ahí la cuestión...No se sabe a ciencia cierta si el gran dramaturgo inglés lo hizo, pero ciertamente su inmensa obra muestra por doquier su vasto conocimiento jurídico.
De Kafka no hay duda, tras sus devaneos vocacionales entre estudiar química o arte y filosofía, su autoritario padre lo forzó a hacer la carrera de abogado hasta alcanzar un doctorado en leyes, cosa que hizo dirigido nada menos que por su profesor de sociología, Alfred Weber, justamente el hermano de Max (ambos hermanos, inicialmente abogados, aunque después destacaron en otras ciencias sociales).
Kafka, especializado en derecho de seguros, trabajó primero en la empresa Assicurazioni Generali, en el ámbito privado. Luego ingresaría en la administración pública, cumpliendo funciones en el Instituto de Seguros de Accidentes de Trabajo del Reino de Bohemia.
Ciertamente, su profesión jurídica marcó su obra literaria. La forma que adoptó en su literatura provenía de su experiencia como letrado y funcionario (guardián de la ley). Un ejemplo claro, relacionado de manera directa con la abogacía, es su cuento “El nuevo abogado”, escrito en 1917.
El erudito Harold Bloom, gran estudioso de Shakespeare, escribió en 1995: «Desde una perspectiva puramente literaria, ésta es la época de Kafka, más incluso que la de Freud. Freud, siguiendo furtivamente a Shakespeare, nos ofreció el mapa de nuestra mente; Kafka nos insinuó que no esperáramos utilizarlo para salvarnos, ni siquiera de nosotros mismos».
El maestro Schmill explica que lo que denomina ¨conducta de jabalí¨, sinónimo de crueldad del poder, lo toma de Shakespeare, concretamente de su drama Ricardo III, en cuyo escudo de armas aparece el jabalí, símbolo de su salvaje conducta. De ahí el título de su ensayo.
Kafka, nos señala también el jurista Schmill, tomó de Weber su definición de Poder: ¨Poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad¨.
Recomendable el análisis y la interpretación de estos importantes enfoques sobre el afán de poder del ser humano que nos brinda este destacado jurisconsulto. Porque, en suma, el mal es la desigualdad y los conflictos que provoca el poder y la falta de poder. Y con eso tratan los abogados y para eso los necesitamos, ¿no?
(Enero 2019)
