En México, aunque 9 de cada 10 personas está de acuerdo en que es necesaria mayor inversión gubernamental para impulsar la investigación científica, el proyecto de presupuesto de Egresos de la Federación para este año, registró una disminución de 13.6 por ciento para Ciencia, Tecnología e Innovación, sin que se logre la aspiración –establecida en la Constitución- de invertir 1 por ciento del Producto Interno Bruto en ese sector.
Los resultados de la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y Tecnología en México (ENCEPYT) 2017, elaborada por el INEGI, indican que si bien la población reconoce este ámbito como un sector importante para el país, apenas 8.4 por ciento expresó “interés grande” por conocer de nuevos inventos, descubrimientos científicos y desarrollo tecnológico.
Esa circunstancia nos refleja la distancia que existe entre la ciencia y la población en general, porque permea la idea de que ese campo es complejo, difícil de entender y no se alcanza a identificar su utilidad, aunque se encuentra presente –siempre- en nuestra vida diaria.
Sin embargo, la necesidad de impulsar el potencial del país a través de ese campo, del conocimiento y los avances científicos, no tuvo eco suficiente en el gobierno, porque para este año el presupuesto –con respecto a 2018- disminuyó de 56 mil 477 millones de pesos a 49 mil 733 millones.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) –que es la instancia coordinadora y reguladora en la materia- redujo su presupuesto de 27 mil 225.9 millones de pesos a 24 mil 664.7 millones de pesos, es decir, 10.38 por ciento menos que el año anterior.
En ese contexto, este martes –en la ciudad de Toluca- se llevó a cabo el Foro Estatal de Consulta “Humanidades, Ciencia y Tecnología en México. Presente y futuro”, organizado por el Conacyt y el Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), y en el que participaron integrantes de la comunidad académica y científica de la entidad.
De manera particular, en la mesa 2: “Apropiación social de la ciencia y vocaciones científicas”, en la que especialistas del sector como: Lenin Martell Gámez, Gustavo Garduño Oropeza, Carlos Guevara Casas, José Manuel Benítez García y Raului Vargas Torres, expusieron su perspectiva y coincidieron en señalar la necesidad de establecer nuevas formas y narrativas para lograr que la sociedad mexicana se apropie –haga suya- la ciencia.
A partir de la iniciativa de Ley de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, que presentó la senadora, Ana Lilia Rivera Rivera –de Morena-, se planteó la urgencia de establecer un diálogo verdadero con quienes hacen ciencia en el país, porque –a juicio del doctor Martell- se observa un documento que refleja más simulación que realidad y enfatizó la necesidad de que la propuesta de ley refiera expresamente la participación ciudadana, como uno de los ejes que guíe el trabajo científico en cualquier campo de conocimiento.
En ese sentido, el doctor Garduño se pronunció por incorporar la dimensión ética en la divulgación de la ciencia, para fortalecer el vínculo entre el avance del conocimiento y las necesidades de la sociedad y planteó la necesidad de que la reglamentación en la materia considere el trabajo social, en virtud de que la ciencia está convertida “en una mercancía”.
Añadió la necesidad de que el conocimiento mire hacia el futuro, tomando como referencia la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Cabe destacar que la Agenda 2030 tiene como objetivos poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injustica, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede rezagado.
Durante los trabajos de la mesa –que tuve el honor de moderar- el maestro Guevara destacó la necesidad de otorgar estímulos fiscales a los medios de comunicación privados que divulguen la ciencia y la urgencia de que todas las instancias donde se genere conocimiento, cuenten con especialistas en comunicación para dar a conocer los avances de ese campo.
Asimismo, el doctor Benítez insistió en la importancia de lograr que la gente comprenda el valor de la ciencia desde las primeras edades, para que reconozca la capacidad de utilizar el conocimiento, desde una perspectiva local hacia lo global.
Ya en la discusión, la doctoras: Elvia Esther Vargas Martínez y Margarita Alonso Alonso, coincidieron en la necesidad de impulsar –desde el nivel básico de formación- la comprensión lectora y la recuperación de las tradiciones orales, como formas para romper la distancia entre la sociedad y el conocimiento científico.
Sin duda, el foro abrió el espacio para escuchar diferentes perspectivas con respecto a la apropiación social de la ciencia. Ahora lo importante será que se tomen en cuenta y que el diálogo abierto se sostenga y no quede en un mero ejercicio de legitimación de una política que ya esté previamente definida.
PERCEPCIÓN
Gracias a Marco Aguilar, jefe de prensa del Ayuntamiento de Toluca, por su mensaje. Lo registro. Ya habrá oportunidad de platicarlo. Felicidades al presidente municipal, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, por tener colaboradores tan brillantes y sensibles.