Pasó el invierno del descontento y bajo el sol de Acapulco se reunieron una vez más los representantes de la Asociación de Bancos de México (ABM), ahora por primera vez con los funcionarios del nuevo gobierno.
Todo fue abrazos, promesas y halagos mutuos, bajo la rica sombra de la reconciliación nacional, en el mar la vida es más sabrosa... excepto por la firme consigna de: NI UN PESO ATRÁS en materia de regulación para reducir cobros por comisiones bancarias.
Con la Banca hemos topado, Urzúa...
Igual sucedió con la luna de miel inmediatamente después del triunfo de ya saben quién en las elecciones, cuando los grandes empresarios se apresuraron a manifestar su adhesión a la nueva figura presidencial.
Los empresarios aplauden, pero no invierten...en noviembre y diciembre el INEGI reporta caídas en la inversión fija bruta, ese indicador de lo que verdaderamente ocurre en la realidad y no sólo en el discurso empresarial (y no sabremos sino hasta dentro de unos meses que está realmente pasando en 2019 con este importantísimo rubro que INEGI se tarda en calcular...o reportar).
Los banqueros no tienen la culpa de la falta de inversión empresarial, salvo por las elevadas tasas de interés que cobran, pero se justifican porque no es su dinero el que prestan...es el de los ¨ahorradores¨.
Y este ahorro es escaso en nuestro país (¿quién va a ahorrar con esos escasos y ahora austeros salarios?) y por eso hay que atraer el ahorro externo, el de los inversionistas institucionales que andan por el mundo globalizado en busca del mejor rendimiento y el menor riesgo.
Con las calificadoras hemos topado, Señor Presidente...si nos bajan la calificación, los bancos nos suben la tasa de interés.
A mayor riesgo, mayor tasa de interés, es la regla de oro que rige en los mercados financieros neoliberales y postneoliberales. Cada punto que sube la tasa de interés en los bonos gubernamentales para atraer la inversión financiera representa alrededor de 100 mil millones de pesos anuales más a pagar por los intereses de la deuda pública, que para este año tiene presupuestados 750 mil millones de pesos.
La Banca, con su ¨Visión de Futuro¨, no se asusta con el actual petate del muerto populista, que en la semana de la Convención Bancaria brilló por su ausencia salvo...por la poco real presencia de un senador con su ¨visión económica ricardiana¨ de futuro presidencial que en los pasillos musitaba sobre una iniciativa contra el cobro excesivo de las comisiones bancarias, que ya aclaró el Ejecutivo en plena Convención que no la avala, ¿expediente cerrado?
¿Quién se acuerda ya de aquél viejo libro de 1999, Fobaproa, expediente abierto, escrito por...? Ya saben quién.
Actualmente, el Fobaproa es administrado por el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y para el Ejercicio Fiscal de 2019 se le destinan 51,300 millones de pesos.
Los tiempos han cambiado pero en el México postneoliberal, tras la pesadilla neoliberal, los banqueros todavía están ahí para cobrar...pase lo que pase en la esfera política. Bueno, aceptan el reto de bajar las comisiones aunque TODO POR LA COMPETENCIA, Nada por la fuerza. Bueno, a condición que se haga la digitalización de las cuentas...
¿Quién ponchó a quién? No se hagan bolas...es base por bolas intencional... para la Banca.
Para meditar está el asunto porque los diablos abucheadores, digo, los aficionados al béisbol saben que la base por bolas intencional es una jugada inusual utilizada de forma estratégica durante el partido.
Se aplica cuando el lanzador tira la pelota afuera de la zona de bateo en cuatro ocasiones durante un turno al bate. Entonces el bateador debe ocupar la primera base aunque su turno al bate no es oficialmente archivado. Por tanto, no afecta el promedio de bateo del jugador.
Pero la utilidad de conceder la base por bolas intencional depende de qué equipo es más eficaz en la siguiente jugada...
Ya veremos porque el juego va para largo, todavía no termina ni la primera entrada...
(Marzo 2019)
