"En la antigua Roma, cuando había una reunión y en la puerta de la entrada se colgaba una rosa, los temas tratados eran confidenciales. (sub rosae)"
El próximo fin de semana el PRI del Estado de México vivirá su primer proceso democrático interno luego de las elecciones del pasado primero de junio.
Jóvenes cenecistas de los 45 distritos locales del Estado de México podrán participar, por primera vez, en el proceso de renovación de la dirigencia de Vanguardia Juvenil Agrarista, organismo de la CNC mexiquense.
A este proceso acuden 4 planillas integradas por un hombre y una mujer: Abner Rojo va junto con Miryam Florin; Luis Arturo Reyes en fórmula con Daniela Ávila; Osiel Meneses y Jessica Garduño y Tony Sánchez Ayala e Himelda Herrer son quienes se registraron para esta contienda interna.
Este ejercicio, sin duda, será una jornada digna de seguir, no sólo porque por primera vez los jóvenes cenecistas elegirán a quien será su dirigente, sino además porque representa el primer evento importante para medir la capacidad de convocatoria, movilización y organización del priismo mexiquense luego de los resultados del pasado primero de junio.
Además, podría ser un ejercicio de lo que será la próxima renovación de su dirigencia estatal de los meses venideros.
Quien piense que el PRI está muerto, sin duda se equivoca, porque a pesar de que hoy está relegado a ser oposición en la mayor parte de municipios y diputaciones, no podemos olvidar que sigue siendo teniendo en sus manos el gobierno estatal.
A lo largo de décadas ha sabido operar una estructura cohesionada para enfrentar procesos complicados a excepción, claro de cuando se trata de candidaturas con peso regional, en donde, los liderazgos locales casi siempre termina rompiéndose al momento de la definición de sus abanderados.
Si bien es cierto, la mayor parte de su estructura aún sigue reacomodándose en espacios públicos luego de ser derrotados en la pasada elección, y muchos de sus militantes y cuadros siguen esperando ser tomados en cuenta, también es cierto que el trabajo continúa todos los días con los escasos (número de personal) recursos humanos y económicos con los que cuenta Alejandra Del Moral desde la dirigencia estatal.
Pero nadie puede olvidar el poder de esa estructura, nadie como el PRI ha sabido integrar a través de los Comités Seccionales a una sociedad diversa.
Cierto, el hartazgo de múltiples errores de sus dirigencias y sobre todo de aquellos actores de representación popular le han cobrado la factura en muchas ocasiones, pero también es cierto que muchos de los municipios que se perdieron, al igual que en los distritos federales y locales, el PRI obtuvo un número de votos significativo que nadie puede olvidar.
En materia electoral no sólo se puede hablar de derrotas o victorias con la simpleza de quien ve los resultados el día de la elección, más bien se mide el crecimiento, la cantidad de votos que se obtuvieron, qué sector de la población votó por esa oferta política y un sin número de variables que se analizan y se integran en planes de acción.
El PRI sabe de eso, conoce perfectamente el trabajo en campo, los liderazgos municipales y regionales, pero lo que hoy no tiene es credibilidad para acercarse.
Cómo explicarle a un activista que se perdieron espacios como nunca en la historia por malas decisiones, pero que muchos de aquellos que las tomaron aún siguen cobrando en espacios de representación popular.
Cómo decirle a un simpatizante o militante que salga a convencer a sus vecinos o amigos cuando luego de haber sido ocupado en campaña, nadie ha salido a buscarlo otra vez.
Cómo pedirle a un trabajador del Comité Directivo Estatal que vuelva a confiar en el partido que le dio la espalda luego de años de servicio, muchas veces sin liquidación o condiciones justas después de su despido.
Por ello, el PRI tiene un gran reto, pero sobre todo una enorme oportunidad ante el proceso de renovación de la dirigencia de Vanguardia Juvenil, para recuperar parte de eso de lo que hoy más adolece: confianza.
Pero también será un buen inicio para ver cómo se comportan los liderazgos regionales para operar a favor o en contra de algún candidato, además de si entra en juego o no el irresistible deseo de querer inclinar la balanza para algún lado.
Quien conoce al PRI, desde sus entrañas, sus mitos, sus historias, sus fortalezas y algunas de sus debilidades, puede asegurar que no está muerto, y prueba de ello es este ejercicio en el que jóvenes quieren ser parte de un partido que pese a tener los balances más negativos de cara a la sociedad, sigue vivo y de pie gracias no a sus dirigencias (que siempre son de paso), sino a su militancia.
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Twitter: @Jorge_RosasC