El PRI mexiquense, más allá de dos grupos de poder…

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El PRI mexiquense, más allá de dos grupos de poder…

Lunes, 30 Octubre 2023 00:25 Escrito por 
Jorge Rosas Jorge Rosas Bajo la Rosa

Hace casi 60 años, el PRI mexiquense sufrió su primer derrota electoral en una elección municipal, y apenas, hace cuatro meses por primera vez en la historia moderna el PRI perdió unas elecciones a la gubernatura del Estado de México, lo que ha encendido de inmediato la urgencia de un cambio en la dirigencia estatal del partido.

Más allá de lo que se piense, aún con la derrota, el PRI en la entidad cuenta con la estructura partidista más importante a nivel nacional para el tricolor.

Quien piense que el priísmo mexiquense está derrotado, está muy lejos de la realidad, porque si bien, hoy por primera vez no cuenta con el liderazgo que daba el tener un gobernador, eso no significa que los grupos de poder y los cacicazgos no tengan presente que la dirigencia estatal del partido, es una oposición que tendrá un gran peso para las elecciones del próximo año.

La derrota a la gubernatura, arrojó un panorama hasta hoy desconocido para los priístas mexiquenses, que el 5 de junio amanecieron por primera vez sin el peso que significaba la presencia de un gobernador que era quien tomaba todas las decisiones políticas, y que asumían de manera institucional.

La ausencia de ese poder, provocó que de manera inmediata surgieran dos principales grupos que intentan asumir el control del partido a nivel estatal, a escasos meses de enfrentar un nuevo proceso electoral en el que se habrán de renovar las diputaciones federales y las 125 presidencias municipales.

Por un lado, un grupo encabezado por la ex candidata a la gubernatura Alejandra Del Moral, y gente cercana al ex gobernador Alfredo Del Mazo, mientras por el otro, el grupo de la diputada federal Ana Lilia Herrera Anzaldo, quien dicen, está respaldada por el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.

Ambas, han mostrado su interés de asumir el liderazgo político del Revolucionario Institucional, que sin duda empieza por la dirigencia estatal del partido.

Si bien, la derrota del pasado mes de junio, aun no cicatriza, los movimientos y reuniones de la llamada clase política han empezado en busca de cimentar su liderazgo y tratar de hacerse con el control de quienes busquen las candidaturas del próximo año.

Pero más allá de las reuniones de lo que hoy queda de la clase política priísta, están también las voces de miles de militantes en todos los municipios de la entidad que se sienten traicionados, enojados y con una total incertidumbre, y que saben, que hoy, más que nunca, tienen ante sí, la posibilidad de generar una tercera vía para recuperar el rumbo del partido.

Pensar, que hoy, sin un liderazgo político que emanaba del gobernador en turno, los priístas habrán de alinearse a solo uno de los dos grupos que hoy pretenden asumirse con el control, es también infantil, porque para muchos, ninguna de las dos opciones es la respuesta real a la renovación urgente que requiere el partido de cara a unas elecciones en las que no contará con el respaldo de una administración estatal.

Si bien es cierto, todo parece indicar que el propio Eric Sevilla podría permanecer al frente del Comité Directivo Estatal hasta pasadas las elecciones del próximo año, cada vez son más las voces que piden la renovación de una dirigencia que, al menos en los resultados, no tiene ya razón de continuar y enfrentar otro proceso electoral.

La permanencia de Eric Sevilla al frente del tricolor, sería la primera señal que el llamado “delmacismo”, seguirá con el control del partido y la toma de decisiones de cara a las próximas candidaturas, que es, al final de cuentas, lo que le conviene al grupo en turno.

Sin embargo, liderazgos de diversas partes de la entidad, han empezado a organizarse para erradicar de la toma de decisiones a aquellos políticos a quienes acusan de haber entregado el Estado de México a Morena y piden que sea un priísta diferente a Alejandra Del Moral o Ana Lilia Herrera quien encabece la reconstrucción del tricolor.

No sería raro, que en medio de la encrucijada que significa la renovación o no de la dirigencia estatal, surja el riesgo de fracturas que podrían debilitar aún más a una militancia que representa el principal bastión del priísmo nacional, porque el Estado de México representa casi 6 de cada 10 votos que tiene el PRI a nivel nacional.

Algo que mantiene aún con vida al priismo mexiquense es su militancia, la de a pie, la que en la mayoría de los casos, jamás ha tenido un solo cargo de elección popular ni aspira a él, pero sigue trabajando con la disciplina institucional que la caracteriza, y que sin duda, será la principal herramienta para recuperarse, siempre y cuando, no tengan la necesidad de salir a encontrar nuevos espacios de expresión o laborales, que hoy, es el principal riesgo que se vive.

El PRI, tiene que pensar que antes de una nueva dirigencia, debe contar con la capacidad de reflexión y de cicatrización necesarias para enfrentar un proceso electivo que podría tensar muchas líneas que hoy parecen rotas.

Por más que se intente minimizar el impacto, hoy el PRI se encuentra en el duro proceso de aprender no sólo a ser oposición a nivel estatal, sino incluso a correr el riesgo de ser una minoría.

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twitter: @Jorge_RosasC

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Jorge Rosas

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