Fue un día especial, tan especial como la mujer que por el solo interés de ayudar nos convoca. Un espacio donde fluir, aprender y compartir es la constante.
Entre detalles cuidados por la anfitriona, Jacqueline García Vázquez, esta reunión se matizó con la historias de éxito de las asistentes.
Palabras que embonaban en el alma de quienes nos escuchábamos, experiencias compartidas: “A mí también me pasó, fue duro, no fue fácil pero lo logré”.
Éramos mujeres hablando con mujeres atrevidas, vapuleadas y probadas por la vida para ser exitosas, compartiendo, aplicando lo que hoy llamamos sororidad (solidaridad entre mujeres).
Ahí estaba Deyanira Pérez Olivares, la única presidenta que ha tenido, en 200 años de historia, el Poder Judicial. Abogada de profesión, es una mujer que logró encabezar un ámbito prácticamente de hombres.
Lilia Martínez, una madre adolescente que, en contra de los estigmas sociales, hoy es una de las empresarias más exitosas de México y encabeza la Fundación Mujeres Potencializando a México, creada por diferentes asociaciones bancarias y empresas.
Carolina Flores Zertuche, que en 1993 fundó una empresa de software y programación, incursionando en algo en lo que pocos creían que daría resultado. Pero, contra todo pronóstico, en ese momento alcanzó el éxito. Tuvo que empezar de nuevo por azares de la vida y porque fue atacada por el cáncer, al que le ganó en una lucha intensa. Hoy ha logrado salir avante y, no sólo eso, ayuda a otras mujeres mayores a internarse en la web.
Quizá me faltarán muchas por nombrar y ofrezco una disculpa porque cada una de las presentes son mujeres luchadoras, exitosas, y con valores arraigados. Anahí Escudero Ayala, jefa de la oficina del Fiscal de Justicia; Myriam Cárdenas, regidora de Almoloya de Juárez; Isabel Maya Mendoza, directora de Administración de Metepec; Griselda Camacho, directora de Seguridad de la UAEMex; la empresaria Madeleine Derbez Roux; Sara Razo, consejera ciudadana de Seguridad; Anita Amaro de la Cruz, directora de Manos Creativas A.C. y muchas, muchas más.
Fue una mañana marcada por tres constantes: las ganas de ayudar para que exista un mundo mejor entre amigas y mujeres que apenas conocías; las heridas de vida, cicatrizadas por el ahínco y el esfuerzo para alcanzar el éxito, y los lazos que se extienden y unen por una gran mujer Jacqueline García, por cierto, única que le ha dado verdadera vida al Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado de México...
Más allá de los puestos, la academia, de quienes presiden una asociación o de la posición social, todas pensamos en un mejor entorno, una vida sin violencia y una vida digna, equitativa, palabras que, si no fuera por personas como Jacqueline, sólo se quedarían en el discurso.