"En la antigua Roma, cuando había una reunión y en la puerta de la entrada se colgaba una rosa, los temas tratados eran confidenciales. (sub rosae)"
El pasado sábado, el PRI inició de manera “formal” su proceso interno de selección para elegir a quien dirigirá a este partido a nivel nacional por los próximos cuatro años.
El proceso se hará a través del voto directo de sus militantes, lo que sin duda, como en cada uno de los procesos que ha vivido de esta forma, implica algunos riesgos de fractura como los que se vivieron hace unos días con la renuncia de Beatríz Pagés y José Narro Robles a su militancia al asegurar que dicho proceso por la dirigencia nacional del PRI es sólo una simulación.
Hasta ese momento sólo cuatro aspirantes habían mostrado su interés de dirigir al partido con posibilidades reales de hacerlo.
Alejandro Moreno “Alito”, gobernador de Campeche, Ivonne Ortega, ex gobernadora y ex aspirante a la candidatura a la presidencia de la República; Ulises Ruiz, ex gobernador de Oaxaca y por último el propio José Narro, ex rector de la UNAM.
Sin embargo, hace unos días, en medios de comunicación se filtró que en una reunión de gobernadores del PRI celebrada en Toluca, en donde supuestamente se había decidido apoyar la candidatura de Alejandro Moreno, lo que inmediatamente sembró el fantasma de la “simulación” en un proceso que aún no había comenzado.
Ello, orilló a la renuncia de Narro y de Pagés, además de la advertencia de Manlio Fabio Beltrones de que no participaría ni a través del voto en dicho proceso.
Pronto salieron las voces a pedir unidad, esa que se fragua en las grandes esferas, pero se pacta en pequeños grupos, porque a la militancia lo que se le pide es la disciplina institucional.
Si algo se le he reprochado al Revolucionario Institucional han sido las constantes acusaciones de simulación de sus procesos democráticos, porque al final, a pesar de cumplir con lo que dictan sus estatutos o Convocatorias de procesos internos, siempre quedarán marginados algunos de los que aspiran a un cargo o candidatura.
Por lo pronto este sábado en el registro de fórmulas de Aspirantes a la Presidencia y a la Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional del PRI se registraron site planillas:
Margarita Santos Mendoza y Aurelio Juárez González; Ivonne Ortega Pacheco y José Alfaro Cázares; Alejandro Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano Austria; Benjamín Antonio Russek de Garay y Linda Amanda Obregón Bravo; Lorena Piñón Rivera y Daniel Santos Flores; Ulises Ruiz Ortiz y Coral Valencia Bustos además de Juan Antonio Santana Ayala y Ramiro Díaz Hernández.
Queda claro, que de estas siete, solo tres de ellas tienen posibilidades reales de competir en una consulta abierta a la base, claro, eso sin contar que de las siete planillas registradas, al menos de inicio, una, quedará descalificada al no cumplir claramente con lo que marca la convocatoria como es el caso de la integrada por Juan Antonio Santana Ayala y Ramiro Díaz Hernández que no cumplen con el requisito de la paridad de género contemplado en el artículo 115 de los Estatutos del PRI.
Por lo pronto a unas horas de haberse registrado, la Comisión Nacional de Procesos Internos ya emitió la garantía de audiencia a las planillas encabezadas por Margarita Santos, la del ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruíz por no cumplir con los requisitos exigidos para certificar el apoyo de los sectores y organizaciones del partido; la de Benjamín Antonio Russek de Garay por no cumplir con requisitos personales y partidistas como haber acreditado los cursos de capacitación y formación política, además de no contar con documentación que acredite el apoyo de sectores y organizaciones, además, de la ya comentada fórmula de Juan Antonio Santana Ayala y Ramiro Díaz Hernández que no cumplen con el requisito de la paridad de género.
Así que de no darse una sorpresa este lunes, de entrada sólo quedarían tres planillas con registro procedente para seguir en la contienda interna en el que sólo quedarían dos aspirantes con fortaleza y presencia real en todo el país: Ivonne Ortega Pacheco y Alejandro Moreno Cárdenas.
Aún queda mucho camino por andar hasta el próximo 11 de agosto que será el día de la jornada electiva, y sin duda lo primero que el PRI tendrá que demostrar no sólo hacia la ciudadanía sino al propio interior del tricolor es que este proceso interno puede estar alejado de la vieja práctica de la simulación.
Ese reto, que en breve tendrá que ser replicado por el PRI del Estado de México que en breve tendrá que hacer lo mismo para renovar su dirigencia estatal, y en ambos casos no es una cosa menor, quien llegué al frente del PRI a nivel nacional y estatal enfrentará las próximas elecciones intermedias y serán también quienes definan muchas de las candidaturas con las que el partido busque recuperar espacios necesarios para no quedarse como una mera oposición presencial.
La tarea no es sencilla, porque pese a lo que se diga, y se crea, el PRI no está muerto, si bien hoy tienen la menor cantidad de espacios de representación popular de su historia, su estructura, sigue siendo lo más fuerte operadora política.
Por lo pronto, esa fuerza sustentada en su militancia, tiene que ver como sus actores políticos dan legitimidad a un proceso interno que de entrada, ya inició con acusaciones y señalamientos de lo que más daño le ha hecho al Revolucionario Institucional: la simulación.
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